La pregunta que más me hacen en las reuniones de padres y maestros estos dÃas es "¿Cómo establecemos reglas para nuestros hijos?" sucedió. AquÃ, como padres, primero debemos decidir: ¿realmente queremos establecer reglas y estamos decididos a darle a nuestros hijos la responsabilidad de esas reglas? Porque las familias deciden poner reglas cuando se aburren y se aburren. Cuando todo va bien, es decir, cuando están bien, contentos y alegres, los niños no alteran el orden. Pero si su propio bienestar espiritual no es bueno, inmediatamente le vienen a la mente las reglas. Hay que hacer los deberes a tiempo, hay que acostarse a tiempo, hay que terminar todas las comidas, etc. surgen reglas. ¿No existÃan antes? TodavÃa existen estas reglas, pero pueden ser flexibles. Es un niño, puede que no pueda terminar su tarea a tiempo, puede que no le guste la comida, le hago comer su comida. Si bien asà es como se ven las reglas en los dÃas buenos, si los padres están cansados ​​y estresados, los niños se topan con el rigor de las reglas. Este encuentro crea de repente un efecto impactante en el niño. Empieza a preguntarse qué está pasando, qué ha cambiado. Lo que realmente cambió y los padres también recordamos las reglas. Entonces, ¿cómo establecemos las reglas? Como decÃa al principio, primero debemos conocernos bien a nosotros mismos como padres para que las reglas no cambien en función de nuestro estado de ánimo. Por supuesto, las reglas pueden ser flexibles, pero no deberÃan ser variables. ¿Qué esperamos del niño? Estos deben determinarse primero. Lo mejor es decidir estas responsabilidades hablando con el niño, teniendo en cuenta su edad y lo que puede hacer. A partir de los dos años cada niño tiene algo que hacer en casa, siempre y cuando creamos que puede hacerlo, confiemos en él y seamos el modelo ideal. Evaluamos lo que puede hacer según su edad, sin pretender que lo haga como un adulto. Si pedimos a un niño de dos años que ordene su habitación, debemos explicarle y mostrarle de forma clara y concreta lo que tiene que hacer. Un niño que hace su cama quiere que esto se vea. En lugar de ver esto y decir "¿cómo lo cubriste? No era simétrico", decir "bien hecho, qué hermoso es" puede asegurar la continuación de este comportamiento. Si lo apreciamos en su cara y comenzamos a reorganizarlo detrás de su espalda, sepa que el niño nunca volverá a cubrir su cama. De todos modos dirá que no le gusta y se volverá a corregir y tenderá a procrastinar. ¿Qué hace el niño? Debe saber claramente lo que tiene que hacer. Explicar claramente las decisiones a tomar al respecto aumentará la aplicabilidad de las conductas deseadas. También es importante hacer un seguimiento después de que se haya explicado y comprendido claramente. El trabajo que no tiene seguimiento siempre es candidato a sufrir interrupciones. Establecer reglas le da al niño la oportunidad de ver su libertad y sus lÃmites. Los niños que siempre hacen lo que quieren no pueden aprender reglas y lÃmites. Un individuo que no conoce sus propios lÃmites no puede conocer los lÃmites de otras personas. Una persona que está acostumbrada a que siempre se cumplan sus deseos no puede aprender lo que significa no, ni tampoco puede aprender a decir no. Si el niño está atrapado en las reglas, no puede darse cuenta de las responsabilidades de sus acciones. Infiere que debe haber alguien dirigiendo mi vida. Siempre hay gente que toma decisiones y dice: haz esto. Si estas reglas acaban de entrar en la vida del niño, el niño pone a prueba a los padres para regresar a la antigua vida sin reglas. Pruebas para ver si están estables. Quiero ver. Es necesario modelar paciencia y determinación para el niño sin caer en esta trampa. SerÃa bueno darle tiempo al niño para que se acostumbre a este proceso. Modelarle el tiempo y la paciencia será un paso en el aprendizaje de los lÃmites. Las personas que conocen sus lÃmites no tendrán dificultades para presentárselos a sà mismos y a otros individuos. Si bien ofrecemos paciencia y tiempo al niño en este tema, también debemos ofrecérselo nosotros como padres.
" Dije... No significa que escuchó
Él escuchó ... No significa que entendió correctamente
Él entendió... No significa que estuvo de acuerdo
Estuvo de acuerdo... No significa que creyó
Él creyó... No significa que aplicó,
Él aplicó... No significa que continuará.
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Yo Tengo una recomendación de libro que cubre bien el tema de establecer lÃmites.Â
El nombre del libro es "No establezcas lÃmites para tu hijo", del autor Robert J.Mackenzie.Â
Este El libro proporciona a los padres las siguientes caracterÃsticas:
Establecer lÃmites claros, definidos y efectivos
Poner fin a los conflictos y las luchas de poder
Cooperar para establecer reglas para guiarlos
Proporcionar a los niños habilidades para resolver problemas
Aplicar consecuencias lógicas al comportamiento incorrecto
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