La plaga de la época: confundir el mimo con la confianza en uno mismo
Queremos dar valor a nuestros hijos. Puedes hacerlo, es un juego de niños, confía en ti mismo, tienes mucho éxito... Así, damos el mensaje de que pueden conseguir lo que se propongan. Les hacemos creer que siempre merecen lo mejor y que son superiores a los demás. Entonces aumentan las expectativas de nuestros hijos sobre la vida. Mucho dinero, ser famoso, tener mucho éxito, mucho, mucho…
Siempre más, siempre abundancia, siempre abundancia.
Porque estos Los niños siempre quieren más y una universidad no es suficiente. Después de estudiar en dos universidades, luego obtener una maestría, un doctorado y educación en idiomas, no pueden lograr ninguno de ellos; Porque pierden lo que tienen antes de poder apreciarlo.
Estos niños, que tienen mucha confianza en sí mismos, aspiran a conseguir un buen trabajo, pero como no están abiertos a las críticas, fracasan y se vuelven infelices. vida de negocio. Esta infelicidad trae consigo agresión. Pueden volverse más egoístas, agresivos y deprimidos...
Recibo preguntas; '¿Cómo puedo criar a un niño perfecto?' Y pregunto.
- ¿Qué significa perfecto?
- ¿Realmente queremos un hijo perfecto?
- Entonces, ¿somos perfectos?
- ¿Para quién será perfecto?
Qué preguntas complejas, ¿no? Y también lo es la respuesta. Nadie es perfecto. Nuestros hijos tampoco tienen que ser perfectos. Les basta saber que siempre los querremos.
Los niños que se jactan de decir "eres perfecto, te mandé a los mejores colegios, siempre has tenido éxito" no pueden levantarse cuando caen y no pueden soportar su dolor. Al primer obstáculo surge el miedo al fracaso y les lleva más tiempo recuperarse.
- Entonces, ¿dónde estamos haciendo algo incorrecto?
- Si bien queremos criar niños seguros de sí mismos, por otro lado, ¿estamos extrañando sus sentimientos?
Un niño seguro de sí mismo es muy bueno comunicándose y no no centrarse sólo en ellos mismos. No se olvidan de ser respetuosos con los demás.
Las personas egoístas, por otro lado, solo ven sus fortalezas y no se preocupan por los sentimientos de la otra parte, en lugar de centrarse tanto en sus fortalezas como en sus debilidades.
Nuestro principal objetivo para nuestros hijos es proporcionarles la capacidad de empatizar. Al tiempo que se garantiza el éxito de la comunicación, se debe incentivar a mejorar sus puntos débiles.
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