Aunque se cree que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad es causado por factores como factores genéticos, nacimiento y diversas sustancias en su etiología actual, es importante que los padres sean conscientes de cuestiones importantes como la gravedad de los síntomas del trastorno. el trastorno, su coexistencia con otros problemas psiquiátricos y qué tan bien el niño puede afrontar el TDAH. Su efecto es alto.
Las actitudes de los padres no causan trastornos. No es correcto que los padres piensen que esta situación de sus hijos se debe a ellos, culpándose o haciendo declaraciones falsas provenientes del entorno. Es un diagnóstico muy difícil y agotador, y los niños pueden enfadarse, castigarse y experimentar arrebatos de ira. Esto hace que los padres se culpen tanto a ellos mismos como a sus hijos. Surgen arrepentimientos.
Dado que el TDAH es un trastorno genético, y cuando se observa en niños, se cree que también puede ocurrir en los padres, se recomienda que los padres se controlen ellos mismos. Se debe considerar la posibilidad de que no toda la intolerancia surja del comportamiento del niño. En el déficit de atención e hiperactividad el problema no es sólo la hiperactividad o los problemas de atención, sino también los problemas en el control emocional. Por lo tanto, es importante que los padres se concentren en sí mismos mientras tratan el problema del niño.
La medicación por sí sola nunca es suficiente en el tratamiento del TDAH. Los niños no pueden arreglárselas solos debido a su edad. De todos modos, no tienen ninguna idea de lo que les está pasando. Por lo tanto, es vital informar a la familia sobre el trastorno, recibir psicoeducación sobre temas importantes como mecanismos de afrontamiento, técnicas de abordaje conductual, recompensa-castigo, sueño, nutrición, creación de estructuras, actitudes de los padres y respeto por la individualidad del niño. /p>
Es vital que los padres sean estables y que cuiden a sus hijos con una actitud confiada y no turbulenta. Si bien el niño ya tiene dificultades tanto dentro de sí mismo como muy probablemente en su vida académica y en sus relaciones con otras personas, no debería tener en mente signos de interrogación e inseguridades sobre su familia. La ansiedad es uno de los factores que afecta especialmente la capacidad de atención y la concentración.
Los padres son conscientes de los problemas secundarios, a saber, la oposición, la depresión y la ansiedad, que a menudo acompañan al TDAH. También se debe prestar atención a diagnósticos como ansiedad y fobia social. Si no conoce estos trastornos/enfermedades, debe investigar. Si tiene dudas, debe buscar ayuda propia; si cree que no será suficiente, debe buscar el apoyo de un experto. No hay que olvidar que el déficit de atención y la hiperactividad no se limitan a la infancia y la adolescencia, afectan a toda la vida.
Los padres que quieran recibir asesoramiento para el déficit de atención y la hiperactividad también deben prestar atención al conocimiento y experiencia del especialista e investigar a fondo el trabajo y la competencia del especialista. Este trastorno, que requiere un proceso de diagnóstico y tratamiento detallado y laborioso, puede tolerarse muy fácilmente y uno también puede ser sometido a torturas que hacen la vida imposible.
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