El término somatización, que se utiliza para situaciones en las que se observan molestias físicas pero no se explican por ninguna enfermedad física, se encuentra hoy como un tema en la agenda de muchos expertos en salud mental.
Estudios sobre La somatización comenzó antes del siglo XX, y hoy existen opiniones al respecto en la literatura, sigue siendo un tema presentado y estudiado.
Los dolores, malestares y molestias que no se explican por enfermedades físicas han sido asociados con los trastornos depresivos por diversos círculos científicos y especialmente por expertos en salud mental, y han sentado las bases para numerosos estudios sobre esta relación (Kesebir, 2004).
Tres visiones diferentes han surgido a raíz de los estudios sobre la relación entre depresión y somatización.
La primera visión es la que considera la somatización, es decir, las quejas que no pueden ser explicada por cualquier enfermedad, como un equivalente de la depresión (Clarke). DM, 2000)
A pesar de la visión presentada como un equivalente de la depresión, según los datos obtenidos como resultado de muchos estudios, no está claro Se ha encontrado evidencia de que la condición definida como trastorno de somatización o trastorno de dolor es exactamente equivalente a la depresión. Sin embargo, hacia finales de la década de 1970, se encontró una segunda opinión basada en un concepto llamado "depresión enmascarada" por destacados autores de la literatura (Köroğlu, 1998). Según esta visión, se afirma que el proceso definido como somatización es una forma específica de la depresión y la ansiedad.
El concepto de depresión enmascarada se menciona en la literatura como un concepto expresado para la tabla de depresión que se encuentra ha eliminado el dolor y ciertas molestias somáticas-corporales y ha encontrado un lugar para sí misma.
Junto a la segunda opinión en cuestión, también una tercera opinión encuentra un lugar en la literatura. La tercera opinión expresada sobre la depresión y la somatización es una opinión que se refiere a la somatización como un síntoma de la depresión y enfatiza que los síntomas somáticos deben estar entre los indicadores de la depresión. Desde este punto de vista, los síntomas somáticos se incluyen entre los síntomas de depresión en la CIE-10, conocida como Clasificación Internacional de Enfermedades. Aunque se incluyeron síntomas, estos síntomas se incluyeron posteriormente como elementos adicionales (Organización Mundial de la Salud, 1992).
Los síntomas somáticos están incluidos en el DSM-IV, escrito por la Asociación Psiquiátrica Americana y conocido como el manual de psiquiatría. profesionales de la salud, no se ha incluido como síntoma en sí mismo, sino que ha encontrado un lugar como síntomas adicionales que pueden estar presentes.
En los últimos años, los estudios sobre la depresión y las molestias físicas han obtenido resultados positivos respecto a la Procesos somáticos en los trastornos depresivos (Köroğlu, 1998). ). Los estudios han observado que las personas con depresión expresan más quejas físicas en comparación con las personas sin depresión.
Toda esta información revela una vez más la importancia de realizar exámenes psicológicos además de los fisiológicos en caso de quejas físicas. Los estudios han reforzado la importancia de la evaluación por parte de especialistas en salud mental en casos de molestias físicas y molestias relacionadas con el dolor que persisten a pesar de la ausencia de hallazgos fisiológicos.
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