No sé si alguna vez has oído hablar de él, pero hay un concepto importante que ha llamado la atención en todo el mundo en los últimos 10 a 15 años. Esto es cavilación. La rumia, que es uno de los temas que también trabajo, también se puede definir en nuestro lenguaje cotidiano como "pensar como un pajarito". De hecho, estamos constantemente pensando en las cosas que nos entristecen y preocupan, pero no somos capaces de tomar medidas.
Este concepto fue propuesto por primera vez en 1987 en la Teoría de los estilos de reacción desarrollada por Nolen-Hoeksema. . Según la teoría, las mujeres son más propensas a presentar síntomas depresivos que los hombres. Los síntomas depresivos suelen ser:
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No querer hacer nada
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Disminución de la energía de la persona, disminución de la velocidad de la persona en el día a día. tareas, ralentización
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Debilidad
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Evitación de las relaciones sociales
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Incapacidad para comer, pérdida de apetito, pérdida de peso o comer en exceso o comer en exceso
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Insomnio, no poder conciliar el sueño o querer dormir constantemente, no poder despertarse, dolor de espalda, molestias en el estómago y los intestinos
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Falta de atención
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Sentirse desesperanzado, pesimista y triste
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Se puede evaluar como sentirse impotente, inútil, culpable.
Cuando las mujeres presentan síntomas depresivos, rumian más, es decir, piensan. constantemente ¿Por qué siempre pienso así?, ¿Por qué siempre me pasan estas cosas?, ¿Qué pasa ahora? Se ve que se arrastran aún más hacia la depresión al quedar atrapados en pensamientos como estos. Estas personas realmente pueden producir algunas soluciones a sus problemas, pero no las ponen en práctica. En situaciones similares donde los hombres se sienten muy tristes y pesimistas, hacen deportes, juegan al fútbol, salen con sus amigos, van al cine, etc para distraerse en lugar de pensar todo el tiempo, se ve que recurren a actividades, salen aunque sea un poco de ese estado pesimista y toman medidas para solucionar el problema. Las mujeres en general tendían a ser más desesperadas y pesimistas porque no participaban en actividades que las distrajeran de sus intensos pensamientos en ese momento. rler. Por esta razón, continúan experimentando un círculo vicioso al empeorar sus estados de ánimo depresivos y se vuelven incapaces de tomar medidas para resolver el problema.
Para salir de este círculo:
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Antes que nada, habla contigo mismo. Ponte en contacto. Observa lo que estás sintiendo y pensando en ese momento exacto.
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Descubre cómo son tus síntomas depresivos y tendencias rumiativas...
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Recurre a actividades que puedan distraerte de tus pensamientos intensos, y busca formas de comprender lo que realmente sientes y la situación que estás viviendo, y cómo puedes resolver el problema...
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