Los
tratamientos de ortodoncia funcional se aplican para solucionar los problemas denominados 'trastornos ortodóncicos de clase II' en ortodoncia. En este trastorno, la mandíbula superior puede estar hacia adelante, la mandíbula inferior puede estar hacia atrás o una combinación de ambas. En una parte de los trastornos de ortodoncia de Clase II, especialmente llamados "maloclusiones de Clase II división 1", los dientes frontales superiores están colocados muy por delante de los dientes inferiores (sobresalen). Muchas razones, como factores genéticos, raciales y ambientales, influyen en la formación de maloclusiones de Clase II.
El proceso de dirigir el crecimiento de la mandíbula mediante diversos dispositivos durante el período de crecimiento y desarrollo se denomina ortopedia funcional de la mandíbula. Los dispositivos utilizados en este período se denominan "aparatos funcionales". Los aparatos funcionales son dispositivos que cambian la función y posición de la mandíbula inferior y dirigen la fuerza de un determinado grupo de músculos al hueso a través de los dientes. En los niños con deficiencia en el desarrollo de la mandíbula inferior, la mandíbula inferior se ve obligada a posicionarse hacia adelante mediante el uso de aparatos funcionales. Los efectos de la estimulación funcional para garantizar la relación normal de los maxilares entre sí se conocen desde hace unos cien años. Los cambios óseos, dentales y de tejidos blandos que se producen como resultado del tratamiento funcional de las maloclusiones de Clase II división 1 se proporcionan con diferentes tipos de aparatos funcionales. Aunque existen diferentes tipos de este tipo de electrodomésticos, existen muchas similitudes entre ellos. En general, los aparatos funcionales utilizados para corregir la maloclusión de clase II tienen un componente de fuerza que cambiará la posición de la mandíbula. Según las investigaciones, la magnitud de este cambio en la mandíbula inferior varía dependiendo de si el aparato está soportado por tejido o por dientes.
Mientras se elabora el plan de tratamiento, se determina la dirección de crecimiento del paciente y se decide de qué aparato o aparatos se beneficiará según el plan de tratamiento. Posteriormente, esta decisión se comparte con el paciente y sus padres. Como resultado de la reunión que mantienen el médico y la familia, se determina el tipo de aparato funcional a utilizar.
Los aparatos funcionales se dividen en dos tipos: móviles y fijos. Los aparatos funcionales removibles se aplican intraoralmente y/o extraoralmente. Función móvil Los aparatos pueden ser puestos y retirados por el paciente, aunque generalmente constan de dos partes que se fijan al maxilar inferior y superior, también hay tipos que constan de una sola pieza.
Los aparatos funcionales pueden estar pegados a los dientes o movibles. El paciente no puede quitar los aparatos funcionales adheridos a los dientes. Se deben limpiar bien los aparatos y la boca, y se debe tener cuidado de no romper los dispositivos intraorales fijos. De lo contrario, los efectos previstos que se pretenden conseguir con el tratamiento no se producirán.
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