El meningioma es un tumor que se produce en las membranas (meninges) del cerebro o de la médula espinal. Las meninges son las membranas que protegen el cerebro y la médula espinal. Los meningiomas son crecimientos tumorales que surgen de las células de estas membranas. Son los tumores benignos más comunes en el cerebro. Son tumores que generalmente se consideran benignos (no malignos) porque crecen lentamente y no dañan el tejido cerebral, es decir, no son cáncer. Sin embargo, en algunos casos, rara vez pueden volverse cancerosos. Los meningiomas suelen ser tumores de crecimiento lento y, a menudo, crecen fuera del cerebro (tumor extraaxial) a medida que surgen de las meninges. Para los más grandes que empujan el cerebro, generalmente se desarrollan en contacto ligero sin dañar el tejido cerebral hasta las etapas avanzadas. Pueden entrar en contacto con los huesos del cráneo y rara vez se desarrollan dentro del hueso (meningioma intraóseo). Los meningiomas generalmente se presentan como un solo tumor, pero a veces pueden presentarse más de un tumor (meningiomatosis). No se comprende completamente por qué ocurren los meningiomas. Sin embargo, se cree que algunos factores aumentan el riesgo.
Los factores de riesgo pueden incluir:
Género: las mujeres corren un mayor riesgo que los hombres. Porque los estrógenos y las hormonas del embarazo son nutritivos para los meningiomas.
Edad: Es más común en edades avanzadas (después de los 60 años).
Exposición a la radiación: Especialmente en personas que ha estado expuesto a radiación en la región de la cabeza y el cuello. El riesgo puede aumentar.
Síndromes genéticos como la neufibromatosis tipo 2 (NF2): las personas con estos síndromes genéticos tienen un mayor riesgo de padecer meningiomas. Síntomas Los síntomas de los meningiomas pueden variar según el tamaño, la ubicación y la presión del tumor. Debilidad en las habilidades motoras finas: Por ejemplo, disminución de la destreza o problemas de equilibrio.
Cambios visuales: Visión doble, pérdida de visión o visión borrosa.
Problemas auditivos: Pérdida de audición o zumbido en los oídos. Signos neurológicos: Signos neurológicos como letargo, pérdida de fuerza, debilidad muscular o crisis epilépticas. hafiz Los problemas cognitivos, como no poder reconocer a las personas que nos rodean y no poder encontrar la dirección, son molestias que suelen aparecer en edades avanzadas y que permiten diagnosticar el tumor. Si hay un defecto en funciones cerebrales como reflejos, fuerza muscular, Si durante el procedimiento se detectan problemas de equilibrio, coordinación y sensoriales, generalmente se solicitan imágenes cerebrales al paciente. Las imágenes cerebrales también se utilizan en la tomografía computarizada y la resonancia magnética cerebral. La resonancia magnética es el primer método que se utiliza en pacientes con sospecha de tumor cerebral.
Imágenes por resonancia magnética (IRM): la resonancia magnética es un método común que se usa para ver el cerebro y la médula espinal en detalle. La resonancia magnética ayuda a determinar el tamaño, la ubicación y otras características del tumor. La resonancia magnética con contraste examina el tejido tumoral más a fondo y revela su relación con las meninges.
Tomografía computarizada (TC): las tomografías computarizadas pueden ayudar a mostrar la ubicación y estructura de los tumores. Las tomografías computarizadas con contraste que utilizan material de contraste pueden ayudar a que los tumores sean más claramente visibles. Además, se prefiere la TC como el método que mejor información aporta si el tumor tiene característica de calcificación, su relación con las estructuras óseas o si ha provocado destrucción ósea. Tratamiento Las opciones de tratamiento para los meningiomas pueden variar según el tamaño y la ubicación del tumor, la calidad de vida del paciente, la salud general y otros factores que requieren observación. Dado que la tasa de crecimiento del tumor es baja, especialmente en pacientes de 70 años o más, se recomienda primero la observación si el tamaño del tumor es pequeño y no daña el tejido cerebral. En este caso, se realizan pruebas de imagen anuales periódicas para controlar el crecimiento del tumor y la aparición de los síntomas. Intervención quirúrgica: La extirpación quirúrgica de los meningiomas se evalúa según el tamaño y la ubicación del tumor y la salud general del paciente. La cirugía generalmente tiene como objetivo extirpar el tumor por completo. Sin embargo, a veces la extirpación completa del tumor es difícil o arriesgada. poder. En este caso, la cirugía puede tener como objetivo extirpar la mayor parte o la porción presionante del tumor. En pacientes jóvenes, si el tumor ha provocado un defecto neurológico se debe operar primero, independientemente de su tamaño. El tamaño del tumor se verifica en tumores que no causan defectos neurológicos. La observación o la radiocirugía Gamma-Knife se pueden aplicar en tumores con dimensiones de 3 cm o menos. Los tumores que superan los 5 cm de tamaño deben extirparse quirúrgicamente debido al alto riesgo de crecimiento. En pacientes mayores de 60 años se puede realizar observación o radiocirugía con Gamma-Knife si el tumor no provoca defectos neurológicos y su longitud es inferior a 5 cm. Independientemente del tamaño del tumor, se debe considerar la cirugía en pacientes con defectos neurológicos. La radiocirugía estereotáctica, en el tratamiento del meningioma, no tiene como objetivo eliminar el tumor con rayos enfocados de alta energía, sino reducir el tamaño del tumor o al menos detener su crecimiento. El tratamiento se realiza con precisión milimétrica, centrándose en un solo punto con irradiación. Canales posicionados desde 270 grados. La radioterapia se puede utilizar en los casos en los que el tumor no se puede extirpar por completo (tumor residual) después de la cirugía o en los casos en los que la cirugía no es adecuada. La decisión de tratar se basa en factores como las características del tumor, el estado de salud del paciente, la gravedad de los síntomas y las preferencias del paciente. Se adopta un enfoque multidisciplinario, trabajando con especialistas como un neurólogo, neurocirujano y oncólogo radioterapeuta para tomar esta decisión. El paciente es informado detalladamente sobre las opciones y riesgos del tratamiento y se le incluye en el proceso de toma de decisiones.
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