Los ataques de pánico pueden considerarse ataques repentinos de ansiedad. Estas convulsiones pueden reaparecer, causar angustia y miedo al individuo y hacer que el individuo se sienta vulnerable porque ocurren inesperadamente. Los ataques de pánico, una enfermedad que afecta a cuatro de cada 100 personas en la sociedad, han comenzado a aumentar, especialmente recientemente con la existencia de un virus que amenaza al mundo entero. Se habla del coronavirus todos los días, ya sea en la televisión, las redes sociales o en las comunicaciones personales. En consecuencia, la información sobre el coronavirus se procesa en nuestra mente y, por tanto, aumenta la ansiedad que sentimos.
Este proceso, que se llama crisis, convulsión o ataque, suele durar unos 10 minutos, en algunos casos puede tardar hasta 30 minutos, pero luego pasa por sí solo. Las personas experimentan algunos síntomas sin ningún motivo. Estos síntomas son:
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Opresión en el pecho
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Dolor en el pecho
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Palpitaciones
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Frío
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Escalofríos
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Dificultad para respirar
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Mareos
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Desmayos
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Náuseas
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Dolor de estómago
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Hormigueo
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Miedo a perder el control
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Creencia de que uno se está volviendo loco
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Creencia de que uno se está muriendo
Los síntomas afectan a la persona tanto por su propia existencia como por su repentina aparición, crean un sentimiento de pavor. Los ataques de pánico pueden ocurrir espontáneamente y son el tipo más común. En ocasiones, una situación concreta (como comer con un grupo social concreto) puede desencadenar un ataque de pánico. Para algunos individuos, existe una situación o lugar desencadenante, pero la persona no experimenta un ataque de pánico cada vez que se encuentra en esa situación o lugar. Por ejemplo, todos sus ataques de pánico pueden ocurrir en su automóvil, pero no tiene un ataque de pánico cada vez que se sube a su automóvil.
Diferencias entre otros trastornos y ataques de pánico
El miedo y la ansiedad son dos emociones que en ocasiones se confunden. Sin embargo, el miedo es una emoción básica que todos podemos sentir. Por ejemplo, encontrarnos con un extraño que nos parece peligroso en una calle desierta puede provocarnos miedo. lira. Cuando el cuerpo siente miedo, se producen ciertos síntomas. Estos son síntomas como palpitaciones del corazón, dificultad para respirar y sudoración que prepararán al cuerpo para la respuesta de huida o lucha. La ansiedad es generalmente una emoción orientada al futuro y se produce en relación con un posible peligro en el futuro, como la ansiedad ante los exámenes. Aunque ocurre más lentamente, es un sentimiento más duradero.
El ataque de pánico no es un trastorno psiquiátrico en sí mismo. El trastorno de pánico se puede mencionar cuando las personas experimentan ataques recurrentes en momentos inesperados y comienzan a preocuparse por las consecuencias de estos ataques y cambian su comportamiento en consecuencia. Un ataque de pánico es una convulsión intensa que se experimenta en un trastorno de pánico o un trastorno de ansiedad.
Ataque de pánico y sus causas
La intensidad de emociones como el pánico y El miedo experimentado durante este ataque primero aumenta, luego comienza a descender y finalmente desaparece. Mientras esto sucede, las personas pueden pensar que están perdiendo el control, que morirán, sufrirán un derrame cerebral o se volverán locos. Tanto es así que en ocasiones esta creencia cala profundamente y los individuos empiezan a preocuparse por ello de vez en cuando en su vida diaria y por tanto a experimentar tristeza y miedo. Para hacer frente a estas emociones negativas, los individuos comienzan a realizar cambios en su comportamiento y en su vida diaria. Uno de estos cambios es empezar a quedarse en casa, donde pueden sentir que tienen más control. Nuevos comportamientos como no salir de casa, no ir al trabajo ni a la escuela, tomar descansos en las actividades diarias y llevar sedantes como el alcohol comienzan a tener lugar en la vida del individuo.
Proceso de tratamiento
Como puedes ver, este proceso, que en realidad dura 10 minutos, tiene consecuencias como que el individuo se quede sin empleo, comience a consumir alcohol y sustancias, y caer en depresión. ¿Cómo es entonces esta situación? Si nos preguntamos si es posible salir de ella, afortunadamente nuestra respuesta será sí. Es un hecho innegable que el tratamiento farmacológico tiene contribuciones positivas para las personas que sufren ataques de pánico. Sin embargo, el tratamiento farmacológico debe realizarse bajo supervisión médica y la dosis debe ajustarse bajo la supervisión de un médico. Otro método de tratamiento sería la psicoterapia. En la terapia, se discuten con el cliente las creencias sobre esta enfermedad y las convulsiones. Todos tenemos algunas creencias y experiencias. Puede hacer que malinterpretemos la información. Se sabe que cuando podamos cambiar la información errónea sobre los ataques de pánico, el proceso será menos aterrador. A medida que disminuye el miedo, aumentará la capacidad de afrontamiento. Sin embargo, puede haber eventos, situaciones, lugares y personas que se cree que desencadenan estos ataques. Afrontar gradualmente estos factores desencadenantes dentro del marco seguro de la terapia también aliviará al individuo, reducirá el miedo y permitirá afrontar la situación. Mientras tanto, se enseña al cliente a relajarse y a realizar ejercicios de relajación. Tener estas habilidades preparará a los clientes para una posible convulsión. Posteriormente, en la sala de psicoterapia, que es un área segura y controlada, se afronta la situación de pánico y se aprenden mecanismos de afrontamiento más saludables.
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