En general, la anemia es un problema de salud muy común en las mujeres. También se puede ver durante el embarazo dependiendo de diferentes factores de riesgo. Este problema se observa en el 50% de las mujeres embarazadas.
La anemia se expresa como anemia. Una disminución en la cantidad de hemoglobina en la sangre, que transporta oxígeno al cuerpo, causa anemia. Las deficiencias nutricionales durante el embarazo pueden provocar anemia. La razón más importante es la deficiencia de hierro. La ingesta insuficiente de hierro provoca una deficiencia de hierro. El hierro es abundante en los alimentos de origen animal y en las verduras de hojas verdes. La deficiencia de ácido fólico y las deficiencias de vitaminas también pueden causar anemia.
La falta de nutrición, la desnutrición, los embarazos consecutivos frecuentes, los embarazos múltiples, el sangrado durante el embarazo, las náuseas y los vómitos son factores que aumentan el riesgo de anemia durante el embarazo. La anemia puede aumentar el riesgo de parto prematuro. Puede aumentar considerablemente el riesgo de muerte prematura o muerte fetal. Dado que no provoca síntomas con mucha facilidad, muchas personas no son conscientes de que padecen anemia. Sin embargo, la palidez, la pérdida de apetito, la debilidad, la dificultad para respirar y el edema se encuentran entre los síntomas importantes de la anemia. El diagnóstico se puede realizar mediante un hemograma. En mujeres embarazadas el tratamiento se puede planificar según la intensidad de la anemia y el mes de embarazo. Se debe cooperar con el médico en este tema.
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