El agrandamiento de las adenoides y la congestión nasal son causas comunes de sudoración en los niños. Las adenoides provocan dificultad para respirar debido a una obstrucción mecánica, lo que provoca un aumento de la sudoración junto con un aumento del ritmo respiratorio y cardíaco. Los sudores nocturnos y el síndrome de apnea del sueño son comunes en niños cuyas adenoides son más grandes de lo normal. Para ello es necesario tener mucho cuidado y definitivamente no descuidar el tratamiento.
Las enfermedades cardíacas pueden provocar sudoración al aumentar el ritmo cardíaco o aumentar la carga sanguínea que regresa al corazón. Las familias deben ser conscientes de los problemas cardiovasculares, especialmente en los bebés. ¡Cuidado con la combinación de sudoración y hematomas alrededor de la boca, lo que se llama asfixia o dificultad para respirar al llorar! En este caso es necesario consultar a un pediatra. Si los niños con cardiopatías congénitas empiezan a sudar excesivamente, debería ser una advertencia sobre la progresión a insuficiencia cardíaca.
Las enfermedades respiratorias y las alergias son factores que hacen que los niños suden demasiado. La dificultad para respirar, la hinchazón alérgica de la cornisa nasal y el aumento excesivo de las secreciones respiratorias y nasales pueden provocar aumentos graves de la sudoración debido al esfuerzo. Por este motivo, es necesario consultar al pediatra y procurar iniciar el tratamiento lo antes posible.
Aunque es muy raro, los sudores nocturnos son comunes en el linfoma, también conocido como tumor de los ganglios linfáticos. Sin embargo, no hay que olvidar que la sudoración no es el único síntoma y se acompaña de síntomas como infecciones, hinchazón de los ganglios linfáticos en algunas partes del cuerpo y agrandamiento del hígado y del bazo.
La hipoglucemia, es decir, un nivel excesivo de azúcar en sangre, provoca sudoración intensa en los bebés. Se acompaña de temblores, sudoración excesiva, cianosis, renuencia a succionar y taquicardia. En los adultos mayores también puede manifestarse como palidez, distracción y comportamiento anormal. Es una situación que requiere una intervención urgente y se debe consultar a un pediatra. En caso de hiperactividad de la glándula tiroides (hipertiroidismo), la tasa metabólica aumenta, provocando sudoración.
La anemia por deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de sudoración en la anemia y se trata fácilmente controlando los niveles de hierro en sangre. La dieta rica en hierro incluye lentejas verdes, carnes rojas y blancas, melaza, yema de huevo, brócoli. Se puede prevenir comiendo hígado.
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