Fiestas festivas

Despertar por la mañana con la emoción del Eid, dormir con las fiestas, esperar a que nuestros mayores vengan de las oraciones del Eid, desayunar con risas alegres en largas mesas con familias numerosas, visitar a nuestros mayores con emoción, comer dulces sin cansándose incluso si se dice basta, y los anhelos terminan con conversaciones, cada momento es el mejor. Se hacen esfuerzos para hacerlo especial y más hermoso..

Fueron buenas vacaciones, se termina el resentimiento, la gente conocer gente, las costumbres encuentran su lugar, se visita a los ancianos y se reciben bendiciones.

Ahora, cuando lees lo que escribí, me parece escucharte decir dónde están esas viejas fiestas. Qué hermosas eran las vacaciones en nuestra infancia, dices esas emociones y momentos compartidos, ¿verdad?

Entonces, ¿por qué no vivimos todavía esas vacaciones que extrañamos? ¿No reflejamos esas bellezas y la curación de esas fiestas a la nueva generación? ¿Por qué los niños no experimentan la emoción de las fiestas?

¿Por qué les privamos de la belleza de ser una familia, de ser uno y estar unidos? ¿Qué ha cambiado, por qué ha cambiado en nuestras vidas?

Está en nuestras manos hacer de las vacaciones que apreciamos con la pandemia “unas vacaciones como unas vacaciones” estas vacaciones. Recordemos nuestras fortalezas familiares y los vínculos que empezamos a perder, presentemos a nuestros hijos esta festividad, ¿no? Démosles el poder de ser una familia para que cuando crezcan puedan ser personas fuertes y con fuertes vínculos. Recordemos la situación, tomemos conciencia de lo que nos perdimos, conmemoremos las viejas fiestas, tengamos muchos intercambios y reencuentros. Deberíamos respetar lo que quiera ver, dondequiera que quiera ir.

Lo más importante es que sabemos la importancia de la unidad y el compañerismo, esperamos que sea una festividad donde se acabe el rencor y le demos a la festividad su merecido.

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