Antes se pensaba que un parto normal no sería posible después de una cesárea, pero hoy sabemos que sí es posible. Aquí, cuando comienzan los dolores de parto, existe la preocupación de que los puntos en el útero se puedan romper debido a la cesárea previa. Si se produce una ruptura, el bebé puede salir del útero roto y, por lo tanto, se notará el paso del bebé a la cavidad abdominal y, si no se realiza una cesárea de emergencia, surgirá una situación potencialmente mortal. Si el desgarro en el útero no se puede reparar con cirugía, es posible que sea necesario extirpar el útero de la madre. Sin embargo, hoy sabemos que si bien estos riesgos son altos en algunos pacientes, son riesgos muy raros, sólo cuatro de cada mil embarazos, en pacientes adecuadas. Por esta razón, el parto normal después de una cesárea se puede realizar de forma segura y exitosa en pacientes que cumplen con los criterios apropiados. Porque si estas pacientes no consideran un parto normal y realizan una cesárea directa, habrá situaciones de más riesgo que cuatro entre mil. El factor más importante que afecta el éxito de un parto normal después de una cesárea es haber tenido un parto normal al menos una vez antes. La paciente, que tuvo un parto normal en su primer embarazo y una cesárea en el segundo, será candidata adecuada para un parto normal en su tercer embarazo. Es importante el número de cesáreas previas. Lo ideal es que la paciente haya tenido una cesárea una vez, ya que el riesgo potencial durante el parto aumenta a medida que aumenta el número de cesáreas. Cuando este número aumenta a dos o más, el riesgo aumenta ligeramente. La aparición espontánea de los dolores de parto es también uno de los factores que facilitan el parto normal después de una cesárea. El dolor artificial no se utiliza en el parto normal después de una cesárea, excepto en casos raros. Por tanto, los dolores de parto de la paciente deben comenzar de forma espontánea. El índice de masa corporal de la madre también es importante.
No se debe intentar un parto normal después de una cesárea en pacientes que se han sometido previamente a una cirugía en traje de baño, ya que es riesgoso. En una cesárea, generalmente se hace una incisión horizontal en la parte inferior del útero y se extrae al bebé. En ocasiones, en los casos en los que al bebé le cuesta salir o si la placenta no se cierra o impide que el bebé salga, se puede cortar y extirpar la parte superior del útero. Aunque esta situación no es común, si en la cesárea anterior se cortó una zona de la parte superior del útero, también puede deberse al dolor del parto en estas pacientes. Dado que el riesgo de rotura del útero es muy alto, no se debe intentar un parto normal después de una cesárea. El bebé debe nacer por cesárea de forma planificada. A la hora de tomar una decisión tras una cesárea lo más importante es hablar con la familia y tomar una decisión conjunta. Una madre que previamente ha tenido una experiencia negativa de parto normal o que quiere que le ligan las trompas al mismo tiempo puede preferir una cesárea.
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