Las escuelas son instituciones que existen para producir conocimiento y brindar educación con el fin de formar generaciones adecuadas para la sociedad, el orden y el sistema. La educación en la escuela está sistematizada. A todos los niños se les da la misma educación. Cada niño es diferente, pero la educación que se les da a todos es la misma. Como resultado de la educación que reciben, los individuos pueden clasificarse dentro de la sociedad como educados, más educados o sin educación. Por esta razón, los padres prefieren ser orientadores para que sus hijos puedan recibir una mejor educación y de mayor calidad. Un docente mejor y con más conocimientos y un entorno escolar más innovador mejoran las condiciones para la educación. Además de cumplir estas condiciones, siempre hay una situación que se pasa por alto y es necesario enfatizar. Reforzar el deseo natural del niño por jugar e incorporarlo al sistema educativo es una práctica importante que aumentará el deseo de aprender.
Se debe evaluar la adaptación del niño a la escuela y al entorno escolar y al sistema educativo estandarizado. como prioridad. Puede resultar muy difícil adaptar todo un sistema educativo a las personas. Por tanto, se puede garantizar la adaptación del niño a la escuela y al sistema educativo. Implementar este proceso de adaptación de manera correcta y saludable puede producir resultados rápidos y positivos. Los enfoques de los educadores y de los padres de los niños sobre la educación inciden en el funcionamiento de este proceso de adaptación. Se considera que el rango de edad de los niños (2-12), que consideramos su primera y segunda infancia, es el período en el que obtienen un gran placer y satisfacción al jugar. Jugar con los niños no sólo desarrolla su imaginación sino que también hace que el sistema educativo sea divertido. La educación, al igual que el juego, debe integrarse en la vida del niño. Mientras se implementa la educación, el uso de inventarios relacionados con el juego es un factor que asegura la adaptación del niño a la educación. Cuando a los niños se les enseña a través de juegos, no sólo se adaptan a la escuela sino que también tienen ganas de aprender. Con una educación en la que el aprendizaje se proporciona a través del juego, las percepciones de los niños se vuelven más claras y procesables.
Así, el niño no mantiene la educación limitada al entorno escolar, sino que comienza a adaptarla a cada aspecto de la vida. Por tanto, la escuela es un lugar al que acudir y recibir educación. Como lugar deseado, se convierte en un entorno que encanta a los niños. De esta manera, por muy estandarizado que esté el contenido del sistema de educación y formación, la percepción y el deseo de aprender de los niños aumentarán aún más. Los niños comienzan a amar e idealizar a los educadores que se comunican con ellos jugando. Así, la escuela se convierte en una institución académica a la que la gente quiere acudir y crear el deseo de aprender. Los niños reciben una educación estandarizada de acuerdo con el sistema y la educación orientada a la escuela, y olvidan lo aprendido en muy poco tiempo. Sin embargo, la educación adaptativa e interactiva impartida a través de juegos crea en los niños el deseo de aprender. Un niño que quiere aprender aprende a mirar cada aspecto de la vida de manera diferente. En las escuelas que crían personas que aman la investigación y el aprendizaje, el tiempo y el esfuerzo se transforman en retroalimentación.
Como resultado; Una educación que proporcione adaptación a la educación a través del juego aumenta la productividad de los niños ya que aumenta sus habilidades de aprendizaje. El juego está en la naturaleza del niño. Con una educación estandarizada, los niños se convierten en individuos educados. En una educación decorada con juegos, los niños crecen como individuos que tienen la capacidad de querer aprender y recibir educación.
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