¿Qué es la dificultad para respirar? Síntomas de dificultad para respirar

Disnea, también conocida como disnea en términos médicos; La dificultad para respirar se puede definir como la imposibilidad de respirar profundamente o la falta de aire. Normalmente, la respiración es una acción inconsciente del cerebro que pasa desapercibida a menos que la persona preste atención. Ante la presencia de dificultad para respirar, la persona piensa que el aire que respira no le basta y que necesita hacer un esfuerzo especial para respirar. Esta situación, también conocida entre la gente como falta de oxígeno, puede ser provocada por diferentes enfermedades relacionadas con los pulmones y el corazón. En tales casos, la persona se queda sin aliento mientras realiza actividades que requieren esfuerzo, como subir escaleras, y muchas veces quiere descansar y respirar. En algunos casos, la persona puede sentir dificultad para respirar mientras está en reposo. Las quejas de dificultad para respirar, que aumentan especialmente en los meses de verano, pueden deberse a enfermedades pulmonares o al aumento de la carga sobre el corazón durante el verano: es una de las acciones inconscientes. No se espera que una persona sienta su respiración, excepto durante actividades innovadoras o actividades que provocan un ritmo cardíaco rápido. Sin embargo, si la persona tiene un problema como dificultad para respirar, toma conciencia de su respiración. La disnea, o dificultad para respirar, como comúnmente se la conoce entre la gente, se puede definir como respirar de una manera angustiosa de la que la persona se da cuenta. El malestar, también conocido como falta de oxígeno, puede ser lo suficientemente grave como para interferir con las actividades diarias de la persona y reducir su calidad de vida. La dificultad para respirar, que puede aparecer por motivos psicológicos, así como por enfermedades pulmonares y cardíacas, se evalúa bajo dos categorías separadas: causas pulmonares y extrapulmonares. Sin embargo, la dificultad para respirar también puede ocurrir gradualmente con el tiempo. Provoca molestias como opresión en el pecho, dificultad para respirar y dificultad para respirar. La dificultad para respirar es una condición subjetiva. Por lo tanto, la definición y la gravedad de la dificultad para respirar difieren según la persona, la geografía y la cultura. Antes de pasar a las causas de la dificultad para respirar, la pregunta frecuente "¿Qué Es necesario responder a la pregunta "¿Cuáles son los síntomas de la dificultad para respirar? Todas las quejas de dificultad para respirar, que pueden ser crónicas o crónicas, deben tomarse en serio. Se debe investigar la causa del malestar y se debe investigar la enfermedad focal. Algunos de los síntomas que ocurren en presencia de dificultad para respirar se pueden enumerar de la siguiente manera:

¿Cuáles son las causas de la dificultad para respirar?

La dificultad para respirar puede causar tensión, falta de aire. Consume más energía que antes. La dificultad para respirar, que puede definirse como la dificultad de la persona para respirar o no poder respirar lo suficiente, se debe principalmente a enfermedades existentes en los pulmones.

Sin embargo, la disnea también puede ser causada por enfermedades cardíacas o razones psicológicas. Este malestar, que provoca dificultad para respirar y respirar, puede derivar en muy diversas enfermedades al provocar que los tejidos y órganos con funciones vitales no estén adecuadamente oxigenados. La obesidad puede hacer que los pulmones de una persona no reciban suficiente aire, lo que puede provocar dificultad para respirar. En presencia de anemia, una persona puede quejarse de dificultad para respirar debido a la disminución de los glóbulos rojos (eritrocitos, glóbulos rojos). Estas enfermedades suelen provocar dificultad para respirar. Las infecciones del tracto respiratorio inferior y/o superior, que pueden ser causadas por diferentes microorganismos, pueden provocar un estrechamiento de las vías respiratorias de la persona. La presencia de rinitis alérgica, asma, EPOC, neumonía, bronquiolitis (neumonía) y enfermedades bronquiectasias, conocidas popularmente como fiebre del heno, pueden provocar dificultad para respirar. La sensación de dificultad para respirar en la EPOC comienza con el ejercicio y tiende a aumentar gradualmente. La dificultad para respirar es menos común en pacientes con asma. La dificultad para respirar también puede desarrollarse en presencia de enfermedades como líquido pleural en el pulmón o, en otras palabras, acumulación de líquido en la pleura, neumotórax, es decir, colapso total o parcial del pulmón. En presencia de embolia pulmonar (coagulación en las venas que van a los pulmones), que puede provocar el deterioro de las funciones vitales de la persona, la persona puede desarrollar dificultad para respirar. Además de enfermedades como la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón, factores ambientales como fumar, respirar sustancias químicas nocivas, vivir en una zona industrial, el medio ambiente y la contaminación del aire también pueden causar dificultad para respirar.

Respiración ¿Cómo se diagnostica la estenosis?

Después de que el paciente acude al médico con la queja de dificultad para respirar, el médico toma la anamnesis del paciente y realiza un examen físico. El médico puede solicitar diversas técnicas como radiografía de tórax, tomografía computarizada, pruebas de función pulmonar, angiografía coronaria, ECG y ECO, así como pruebas de laboratorio que ayuden al diagnóstico. A la luz de todos los hallazgos obtenidos, se realiza el diagnóstico de la enfermedad focal que causa la dificultad para respirar.

¿Cómo tratar la dificultad para respirar?

Para prevenir la dificultad para respirar, Se debe dejar de fumar, utilizar productos químicos o contaminados durante mucho tiempo, se recomienda no respirar aire. La dificultad para respirar es un tipo de síntoma que se produce debido a una enfermedad subyacente diferente. Por tanto, el tratamiento de la dificultad para respirar se realiza de diferentes formas según la enfermedad focal.

El desarrollo repentino de dificultad para respirar puede requerir una intervención urgente. En tales casos, a la persona se le administra oxígeno con una máscara para aumentar el nivel de oxígeno. En casos graves, se aplica ventilación con presión positiva. Así, mientras se descansan los músculos cansados ​​de la persona, se asegura respirar de forma saludable.

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