La terapia con células madre es una técnica de medicina regenerativa que utiliza el mecanismo de curación natural del cuerpo para tratar diversas enfermedades.
Las células madre están presentes en todos nosotros y sirven como un sistema de reparación para el cuerpo. Sin embargo, a veces, con la edad, no se encuentra la cantidad necesaria de células madre en la zona lesionada. El objetivo de la terapia con células madre es fortalecer el sistema de reparación natural del cuerpo del paciente aumentando la cantidad de células madre en los lugares de la lesión.
Tipos de células madre
Hay dos tipos principales de células madre: células madre embrionarias y células madre adultas. Las células madre embrionarias se obtienen a partir de embriones humanos. Tienen la capacidad de transformarse en casi cualquier tipo de célula del cuerpo. A medida que el embrión se desarrolla y forma un bebé, las células madre se dispersan por todo el cuerpo. Se encuentra en determinadas zonas de cada tejido, como la médula ósea y la sangre. Cuando el tejido se daña y envejece, estas células se activan y permiten que el tejido viejo y desgastado sane nuevamente. Éstas se llaman células madre adultas. Al igual que las células madre embrionarias, las células madre adultas pueden diferenciarse en más de un tipo celular, pero su diferenciación es en un número limitado de tipos celulares.
Usos de las células madre en ortopedia y traumatología
Las células madre adultas se pueden recolectar de muchas partes del cuerpo. Estos incluyen tejido graso, médula ósea y sangre periférica. La célula madre mesenquimal es la célula que se recolecta con mayor frecuencia. Estos tienen la capacidad de convertirse en células que forman el sistema musculoesquelético, como tendones, ligamentos y cartílago articular.
Actualmente, la terapia con células madre se utiliza para tratar diversas afecciones degenerativas del hombro, rodilla, cadera. y columna vertebral. Las células madre también se utilizan en el tratamiento de diversos tejidos blandos (músculos, ligamentos y tendones), así como en lesiones relacionadas con los huesos.
Preparación para el tratamiento
Al menos dos días antes de su tratamiento, es importante que deje de tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) hace semanas. Su médico le dará instrucciones específicas según su afección.
Terapia con células madre
Médula ósea
El tratamiento comienza cuando su médico toma células madre de su propia médula ósea. r. La médula ósea generalmente se extrae del borde superior de la pelvis. Su médico primero limpiará y adormecerá esta área. Luego, se inserta una aguja en un área del hueso pélvico conocida como cresta ilíaca. Luego se aspira la médula ósea con una jeringa especial y la muestra resultante se hace girar en una máquina durante 10 a 15 minutos, separando una muestra concentrada de células madre. Luego, su médico limpia y anestesia el área afectada a tratar e inyecta las células madre en el área enferma, acompañada de radiografías especiales.
Tejido adiposo
A medida que envejecemos, obtenemos menos células madre de la médula ósea. A diferencia de la grasa, que mantiene la población de células madre con el envejecimiento y es una fuente mucho más rica de células madre, la médula ósea tiene muy pocas células madre para la reparación de tejidos. Por tanto, la grasa es una fuente muy rica de células madre que se mantienen a lo largo de nuestra vida y han demostrado ser muy efectivas en la reparación de tejidos. Se puede obtener una cantidad mucho mayor de células madre del tejido adiposo que de la médula ósea.
El tratamiento se realiza con anestesia local. Se extrae tejido graso (liposucción) del muslo o del abdomen. El tejido adiposo extirpado se somete a una serie de procedimientos con la ayuda de un dispositivo, su médico limpia y anestesia la zona afectada a tratar. Luego, las células madre obtenidas bajo la guía de rayos X especiales se inyectan en el área enferma.
El procedimiento completo suele durar menos de una hora y podrás regresar a casa el mismo día del tratamiento.
Cuidados post-tratamiento
Después de su tratamiento, lo más probable es que pueda regresar a trabajar al día siguiente. Deberá tomárselo con calma y evitar cualquier actividad con peso durante al menos dos semanas después del tratamiento. Deberá evitar tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) por un tiempo, ya que pueden afectar el proceso de curación de su cuerpo.
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