Cancer testicular

El cáncer de testículo constituye entre el 1 % y el 1,5 % de todos los cánceres observados en los hombres, y se informa que su incidencia en las sociedades occidentales es de 3 a 10 por 100 000. Sin embargo, dado que es el cáncer más común entre las edades de 15 a 35 años, se acepta como un importante problema de salud pública en Estados Unidos y Europa continental. Aunque tienen diferentes subtipos histológicos, los tumores de células germinales se observan con una frecuencia del 90% al 95%, los tumores de células germinales no seminomas son más comunes en la tercera década y los tumores seminomas puros son más comunes en la cuarta década. Los factores etiológicos incluyen testículo no descendido, síndrome de Klinefelter, infertilidad, antecedentes de cáncer testicular en un familiar de primer grado (padre, hermano) y presencia de cáncer o neoplasia intraepitelial testicular en el otro testículo. El síntoma y hallazgo más común es una palpación. Masa indolora en el testículo. El dolor es raro. En los pacientes en fase avanzada, se pueden observar diversos síntomas, como dolor corporal generalizado, tos, problemas respiratorios, náuseas, vómitos, diarrea y fatiga, según el órgano al que se haya extendido el cáncer. Sin embargo, estudios epidemiológicos en la literatura han demostrado que el conocimiento y la conciencia pública sobre el cáncer testicular y el CCTM en el mundo y en nuestro país es limitado. En el diagnóstico inicial se utilizan la ecografía escrotal y los marcadores tumorales. Los marcadores tumorales más utilizados; En la sangre se controlan la AFP (alfafetoproteína), la B-HCG (betagonodotropina coriónica humana) y la LDH (lactato deshidrogenasa) y el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica de la masa junto con el testículo (orquiectomía radical inguinal). El diagnóstico definitivo se realiza por patología. Una vez que se determina el tipo histológico del tumor mediante un estudio patológico, se utiliza la tomografía computarizada para investigar la extensión de la enfermedad. El plan de tratamiento después de la orquiectomía debe realizarse según el estadio de la enfermedad. Si bien el seguimiento o un ciclo de quimioterapia es suficiente en los tumores testiculares en etapa temprana, es posible que se requiera radioterapia, quimioterapia o cirugías de disección de ganglios linfáticos como tratamiento adicional en etapas más avanzadas. Todos los pacientes deben ser supervisados ​​estrechamente por el urólogo una vez finalizado el tratamiento.

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