Cuando entré al restaurante, todos me miraban. Lo sé, me estaba dando cuenta - "Siempre me pasa" - Primero mi corazón empezó a latir rápido. Sentí que me sonrojaba hasta las orejas. Dios mío, ¿y si me desmayo? Tenía miedo de caer en desgracia. "Me pregunto cómo me veo ahora". "¿Hay algo extraño en mí?" No podía dejar de pensar en estas frases... Mis ojos buscaron a mis amigos. Era la primera vez que planeaba reunirme con ellos en algún lugar. De hecho, a menudo pensaba que no pertenecía a ellos. Me insistieron para que viniera esta vez. Sin embargo, tengo dificultades incluso para hablar con ellos. Siempre estoy preocupado por ellos. Me siento diferente, incluso inferior. Creo que no encajo en ningún lado. Parece que no les agrado. Mientras experimentaba todo esto una vez más, tuve que encontrar una excusa y salir del restaurante. Hice lo que pensé y me alejé rápidamente sin decir nada a pesar de que los vi.
¿Te suena esta entrada? Usted o un familiar, tal vez un amigo, está experimentando esto. Una de las razones de esta experiencia es el esquema de "aislamiento social"... Nuestra infancia no tiene que ser perfecta para que seamos adultos que se adapten bien a la vida, pero vemos que los efectos positivos surgen cuando es "buena". suficiente". La respuesta a la pregunta de qué necesita un niño para su desarrollo reside en realidad en una serie de necesidades universales que todo ser humano debe satisfacer. Un niño primero necesita sentirse seguro, autónomo, con autoestima, con expresión propia, con límites realistas y conectado con los demás. Si se cumplen estos, la psicología del niño progresa de forma saludable. Si falta; Los primeros esquemas desadaptativos formados por el efecto dañino de estas necesidades insatisfechas se desarrollan a lo largo de la vida. Éstas son nuestras creencias fundamentales sobre nosotros mismos que son difíciles de cambiar. Son patrones autodestructivos que comienzan en la infancia y se repiten a lo largo de la vida. Uno de ellos es el esquema de "aislamiento social"... El sentimiento principal que te hace sentir este esquema es la soledad. Te ves diferente de los demás, indeseable, excluido del resto del mundo. Experimentar ansiedad intensa en entornos sociales. Puede que te sientas inferior a los demás. Es posible que tenga dificultades para mantener conversaciones mutuas. Quieres poder responder libremente, reír y hacer preguntas, pero evitas hacer estas cosas porque lo que los demás piensan de ti está en el centro de tu vida. Intentas diferentes maneras de lidiar con el plan. Te rindes al plan, escapas o desarrollas alguna forma de sobrecompensación. Un ejemplo de sobrecompensación es que los individuos con un esquema de aislamiento social tienen altos estándares en sus vidas. Es posible que hayas creado algunos estándares sobre cómo estar en entornos sociales (exitoso, atractivo…). Considera que cualquier cosa que no cumpla estos criterios es inaceptable para otras personas. Sin embargo, siente que lo examinan y evalúan constantemente y teme ser juzgado negativamente por los demás. Cuando estás entre tus amigos o en un grupo, te sientes constantemente nervioso y no puedes desviar tu atención de ti mismo. Para muchas personas, pensar que son diferentes y excluidas es una experiencia internamente dolorosa. Cuando las personas con un esquema de aislamiento social se dan cuenta de que no pueden adaptarse, pueden volverse infelices y desesperanzados y experimentar un estado de ánimo deprimido debido al dolor que experimentan. El origen del esquema de aislamiento social que tanto dificulta la vida puede ser el temperamento. Sin embargo, crecer en una familia diferente a las demás y tener padres demasiado críticos puede desencadenar el esquema. Es posible que sus padres hayan criticado a estas personas por no ser lo suficientemente buenas o por su apariencia o su forma de hablar. Uno de los puntos importantes a la hora de combatir el esquema de aislamiento social es incentivar al individuo a desarrollar una personalidad activa con identidad y preferencias propias. Conviene poder mostrar la diferencia entre lo que el individuo cree y la realidad que realmente existe. No olvidemos que aunque tengas un hijo que pueda tener dificultades para socializar debido a su temperamento, estos niños que reciban el cuidado parental adecuado podrán superar la situación fácilmente y socializar más fácilmente.
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