Ver a sus hijos en un evento deportivo puede ser un evento estresante para los padres. El vínculo emocional entre padres e hijos, junto con el estrés de la competición, puede explicar algunos de los comportamientos inapropiados que algunos padres adoptan mientras ven la competición, como discutir con el entrenador, otros miembros del personal o los padres de otros niños. Los medios populares ocasionalmente revelan incidentes de este tipo y actitudes inapropiadas de los padres mientras observan a sus hijos durante las actividades deportivas. Por ejemplo, patear a un árbitro durante el partido, maldecir, iniciar una pelea, atacar al entrenador, etc. Por otro lado, algunos estudios han examinado cómo los jóvenes prefieren que sus padres se comporten mientras los miran.
Los padres pueden ser una fuente de estrés para los atletas jóvenes, provocando que el atleta se agote y abandone el deporte. En su estudio con niños de 7 a 14 años, Omli y Wiese-Bjornstal (2011) investigaron cómo se comportan los padres en las competiciones deportivas y cómo quieren los niños que se comporten. Lo que los niños esperan de sus padres que los apoyen es que sean observadores atentos y tranquilos, alegres, alentadores, gratificantes y empáticos. Los niños necesitan que los padres sigan atentamente la competencia, la observen en silencio y controlen sus emociones, disfruten viendo la competencia, aplaudan, apoyen el éxito no solo de sus propios hijos sino de todo el equipo, continúen apoyándolos incluso si pierden, digan recompensas y elogios. palabras por su buen desempeño y anima a los atletas que no tienen el éxito suficiente, prefiriendo que mantengan bajo control la alegría de ganar pensando.
Los padres que actúan como un entrenador exigente constantemente dan órdenes, consejos y critican. Por ejemplo, en la competición intervienen como un entrenador con instrucciones como tirar la pelota, correr para aquí, golpear para aquí. Los atletas se ven afectados negativamente por las críticas durante el partido y los padres deben prestar atención a esto. En última instancia, los niños no quieren que sus padres actúen como entrenadores al margen. Los padres que actúan como fanáticos locos discuten con los entrenadores u otros administradores por cosas pequeñas, gritan y culpan. También se encuentra y estropea el juego. Como se puede observar, los padres pueden ser una importante fuente de apoyo durante la competición, pero también pueden ser una importante fuente de estrés. Las expectativas de los niños de sus padres son participar en la competencia, observar atenta y silenciosamente y mostrar su alegría en los momentos apropiados
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