Con el desarrollo de la tecnología actual, los bebés con menor peso al nacer y los que nacen mucho antes de su fecha prevista pueden mantenerse con vida gracias a las unidades de atención neonatal. Sin embargo, el desarrollo del ojo, especialmente en el período posnatal, difiere del de otros tejidos y órganos. Las últimas 12 semanas de embarazo son un período importante en el que se acelera el desarrollo de la retina y los vasos del ojo. En los bebés prematuros, la retina y los vasos son más cortos que el área que deberían alcanzar y no pueden desarrollarse.
Cuando el bebé nace, emergen nuevas formaciones vasculares anormales de estos vasos poco desarrollados. Estas nuevas formaciones vasculares son vasos propensos a sangrar y a la complicación llamada desprendimiento de retina.
En la retinopatía neonatal, los vasos enfermos causan sangrado en el ojo, desgarros retinianos y encogimiento de la retina.
Especialmente menores de 32 semanas y que pesen menos de 1500gr. El riesgo de desarrollar retinopatía prematura es alto en bebés prematuros que tienen el peso al nacer, han recibido oxigenoterapia intensiva en ambiente de incubadora, han tenido problemas respiratorios, han tenido hemorragia intracraneal, tienen tuvo una infección o tiene anemia.
Como se indicó anteriormente, los bebés que cumplen uno o más de los criterios deben someterse a un examen de retina detallado. Este examen de retina debe realizarse entre la cuarta semana y la sexta semana después del nacimiento a más tardar.
En la retinopatía neonatal, se debe realizar un examen detallado de la retina mediante oftalmoscopia indirecta.
Si su médico lo ve. una progresión de la enfermedad durante estos exámenes, puede recomendar un tratamiento. El tratamiento de la retinopatía prematura se realiza con láser. El objetivo es prevenir el desarrollo de complicaciones como el sangrado y el desprendimiento mencionados anteriormente debido a la nueva formación vascular.
En los casos en que el tratamiento con láser sea ineficaz o se retrase, puede ser necesaria una cirugía de vitrectomía para el sangrado en el desprendimiento de ojos y retina.
Para evitar la necesidad de cirugía en la retinopatía prematura, los bebés prematuros deben someterse a un examen de retina oportuno y a los seguimientos necesarios.
La necesidad de utilizar gafas a una edad temprana es mayor en niños con antecedentes de retinopatía prematura que en sus pares. Por eso es necesario revisar las gafas a partir de los 2 o 3 años. Los adultos con antecedentes de retinopatía prematura también tienen un riesgo mayor de lo normal de desarrollar desprendimiento de retina. Por eso son necesarios controles anuales.
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