Salud intestinal y microbiota

El intestino es el órgano cuya importancia no se ha comprendido del todo hasta ahora y que quizás más determina nuestra salud. Se acepta que los microorganismos que recubren el intestino pesan hasta 2 kg en total y que es un órgano importante donde ocurren muchos eventos metabólicos. Los microorganismos que nos llegan desde el nacimiento, primero a través del canal de parto de nuestra madre y luego desde nuestro entorno, forman nuestra flora intestinal. Después de eso, siguen siendo eficaces durante toda nuestra vida. Cuanto mejor sea la calidad de la microbiota formada al nacer, más fuerte será nuestro sistema inmunológico. Los trastornos nutricionales, las enfermedades que tenemos y los medicamentos que usamos, el estrés, no hacer ejercicio regularmente y llevar una vida poco saludable afectan nuestra microbiota intestinal (el entorno de vida de las criaturas en los intestinos), alterando nuestra inmunidad y provocando que las toxinas entren fácilmente al cuerpo. provocando que perdamos nuestra salud. Existe un equilibrio entre estos microorganismos. La alteración de este equilibrio entre los seres vivos llamados microbios buenos o malos; Tiene algunas consecuencias en el intestino y por tanto en todo el organismo. El germen malo suele ser un hongo llamado Candida Albicans. Este hongo se alimenta de azúcar y se multiplica. Suprime las bacterias buenas y, con el tiempo, daña los intestinos y los vuelve permeables. En las personas sanas, las sustancias nocivas que nunca pueden atravesar la pared intestinal pasan a la sangre y causan muchas enfermedades. A veces el reumatismo, a veces la depresión, a veces los problemas de recuperación se deben a este mal que le hacemos a nuestro cuerpo. Una hinchazón más exagerada después de una comida puede indicar una alteración de la microbiota intestinal. Entonces, ¿qué se debe hacer en esta situación? En primer lugar, es necesario dejar de causar daño y centrarse en el problema real. Posteriormente, se pueden organizar dietas especiales y suplementos probióticos y prebióticos como tratamiento de apoyo. Sin embargo, el método de tratamiento es diferente para cada paciente. A veces puede ser apropiado restringir los prebióticos. A veces puede ser necesaria una limpieza intestinal o un trasplante fecal. Se debe llevar a cabo y seguir un tratamiento adecuado bajo el control del médico y dietista correspondiente.

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