Todo lo nuevo y desconocido puede asustarnos, los miedos y ansiedades se pueden observar con mucha frecuencia en los niños. Una de las principales razones de los miedos en los niños es que sus padres desencadenan estos miedos. Especialmente sus padres deberían ser el puerto más confiable para ellos al principio. Sin embargo, si hay un temblor en este puerto, la ansiedad de los niños comienza a aumentar. Los niños notan inmediatamente el malestar en el hogar, las discusiones entre los padres, el alzar la voz y el miedo a perder a la madre o al padre. Además, utilizar palabras amenazantes hacia niños que tienen miedos desencadenará y aumentará aún más este miedo. Los mensajes intimidatorios aplicados por los padres para controlar el comportamiento de los niños quedan arraigados en el subconsciente de los niños, aumentando así su ansiedad. Por ejemplo, si no duermes por un niño que no duerme, vendrán los hombres del saco. O acercarse a un niño que no come con palabras de miedo como “si no comes, te pondrán una inyección” no es una solución, al contrario, es una conducta que aumenta el miedo. Todos los niños, e incluso los bebés, sienten el pánico y la ansiedad de sus padres. Algunas familias no apestan directamente al niño. Sin embargo, si la madre habla de la enfermedad o la muerte como un acontecimiento triste mientras habla con alguien por teléfono, el niño lo escucha y lo siente. O sus miedos empiezan a reflejarse en los niños, como tomar medidas de seguridad y cerrar las ventanas para evitar que entren los ladrones, revisar la puerta con frecuencia, gritar cuando ven algún animal. Y además de éstas, hay familias sobreprotectoras. En estos casos tenga cuidado con el niño, no se acerque a la ventana, se puede caer, no toque cuando vea un perro o un gato, puede coger gérmenes o morderlo, esto puede provocar inseguridad y comportamiento tímido en niños de carácter sobreprotector. familias.
A veces, los niños dicen que tienen miedo y se van a dormir con sus padres y les dicen lo que quieren. Hay muchas razones detrás de esto. En tales casos, debemos entender bien cuáles son las necesidades reales del niño. Por eso no debemos pensar que puede dormir si quiere, es sólo una excusa. El miedo y la ansiedad subyacentes es que no puede dejar a sus padres y siente la necesidad de estar con ellos. Además, puede haber miedo a la oscuridad. Todo es muy diferente para ellos en la oscuridad. Los mundos de ensueño entran en juego Empieza a apestar. Piensan que los terribles héroes o hombres del saco que observan o imaginan pueden aparecer en cualquier momento. Quizás piensen que los fantasmas desaparecerán cuando se encienda la luz. Los niños pueden experimentar síntomas como náuseas, mareos, vómitos, dolor abdominal y palpitaciones del corazón después del miedo. Estas señales son indicadores de que el niño no puede afrontar sus miedos. En tales casos, debes tomar precauciones y buscar ayuda de un experto.
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