'Ágora' significaba 'mercado' en la antigua Grecia. A menudo se hace referencia a la agorafobia como el miedo a los espacios cerrados. Sin embargo, las situaciones de miedo no se limitan a zonas cerradas. La agorafobia es un trastorno que implica el miedo a estar en situaciones de las que es difícil escapar y evitarlas.
Ahmet es un estudiante de ingeniería mecánica de 25 años. Se dio cuenta de que algo andaba mal cuando tuvo que estar en un taller mecánico sin ventanas en la fábrica donde fue a realizar sus prácticas universitarias. Tiene que terminar sus prácticas para poder graduarse, así que aunque no quiera ir a la fábrica, tiene que estar allí. Pero permanecer allí se vuelve más difícil a medida que pasa el tiempo. Comenzó a sentir síntomas intensos de angustia, dolor en el pecho, sensación de que no podía respirar, y estaba aterrado, pensando 'me estoy muriendo'. En los días siguientes, se dio cuenta de que estaba experimentando el mismo problema en estaciones de metro, centros comerciales, espacios abiertos abarrotados y aulas universitarias. Ya no quiere salir nunca más de casa. Quiere que alguien esté con él cuando salga de casa. A medida que se volvió cada vez más introvertido, su vida social, su escuela y sus relaciones románticas comenzaron a verse afectadas negativamente por esta situación.
Ahmet sufre de agorafobia. Por supuesto, para que a una persona se le diagnostique agorafobia, esta angustia significativa debe continuar durante al menos 6 meses y causar una angustia significativa y una disminución de la funcionalidad en la vida. De vez en cuando, todos nos aburrimos o tenemos reacciones de ansiedad en determinados entornos. Esto es natural y no significa que tengamos agorafobia. Una parte importante de los pacientes con agorafobia han experimentado ataques de pánico. Algunos de ellos también sufren de trastorno de pánico. En tales casos, la enfermedad se denomina "trastorno de pánico con agorafobia". Algunas personas nunca sufren un ataque de pánico.
Tratamiento: se ha demostrado que algunos antidepresivos son eficaces en el tratamiento de la agorafobia. Además, el tratamiento también debe incluir métodos de psicoterapia. Se utilizan habitualmente terapias cognitivo-conductuales y métodos EMDR. El tratamiento es relativamente a corto plazo, pero la duración puede variar según la gravedad de la enfermedad y si la persona tiene otros trastornos psicológicos (por ejemplo, trastornos de la personalidad). Puede variar. Si la agorafobia no se trata, los miedos de una persona pueden tender a aumentar. Al mismo tiempo, puede ser una enfermedad que limita la vida porque se evitan situaciones temidas. Muchos pacientes de agorafobia se niegan a utilizar el transporte público o los automóviles porque experimentan ansiedad. Hay pacientes que desde hace años no cruzan el lado europeo-anatolio porque tienen problemas con los puentes. Con frecuencia se atiende a pacientes con agorafobia que también están preocupados por volar. Por eso no pueden hacer viajes interurbanos o tienen que pasar por serias dificultades y realizar viajes difíciles. Es muy importante tratarlo porque afecta gravemente la vida.
Los miedos hacen la vida más pequeña y pueden esclavizar a las personas. Es necesario afrontar los miedos para poder ser libre.
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