Un nuevo concepto en nuestra época; "Terapia familiar y matrimonial"

“Hay un problema en nuestro matrimonio”, “Él no me entiende en absoluto”, “No puedo expresarme completamente con él”, “Antes no era así, mi esposa ha cambiado mucho ahora. “No muestra ningún interés, siempre me echa la culpa” “Creo que hay otros en su vida, no lo soporto” “A la sala de terapia llegan parejas con frases como “Quiero romper, yo”. Lo estoy soportando por mis hijos"...

A veces, encubriendo el verdadero problema; Se aplican en casos de depresión, molestias psicosomáticas (como dolor de cabeza, palpitaciones, sensación de desmayo, etc.) o reacciones fóbicas. Estos problemas que surgen en las parejas en realidad comenzaron mucho antes de cuando se los consideraba problemas. Sin embargo, como las parejas se centraban en determinados objetivos en distintas etapas del ciclo vital (matrimonio, nacimiento de los hijos, escolarización de los hijos, roles laborales y profesionales de los cónyuges, estructuración del futuro), no podían ver las "razones" que impedían la relación. de hacer ejercicio, o incluso si lo veían, no lo notaban, y aunque lo notaban, creían que esto cambiaría al cabo de un tiempo. Intentaron convencerme. Un día, cuando ocurren cambios, dificultades o pérdidas repentinas y importantes en este ciclo de vida, las parejas comienzan a centrarse en la "autoconciencia", algo que quizás nunca antes habían hecho, o que a veces nunca habían pensado o incluso experimentado. Además, si en la raíz de los problemas experimentados se encuentran disfunciones sexuales (desgana sexual, vaginismo, eyaculación precoz, incapacidad de alcanzar el orgasmo), los problemas que han surgido en la relación hasta ese momento y que pueden solucionarse de repente se vuelven insuperables.

Cuando se trata del punto de solución, en el pasado, los mayores de la familia o personas ajenas intervenían. Sin embargo, los enfoques tradicionales y las sugerencias de solución se han vuelto insuficientes porque si no se puede sensibilizar con intervenciones oportunas y correctas y las soluciones no son funcionales, problemas similares vuelven a aparecer y ponen en peligro la institución del matrimonio en una ola cada vez mayor. Aunque
la mayor parte de la sociedad turca se pregunta: "¿Estoy loco?" Incluso si huyen diciendo "" y echan la responsabilidad a la otra parte al no querer afrontar los hechos, las parejas necesitan un terapeuta familiar y matrimonial profesional que pueda abordar sus problemas de forma objetiva y aportar una perspectiva diferente.

La mayoría de m Preguntas formuladas: ¿Cómo abordan los terapeutas? ¿Qué está pasando en la sala de terapia?

El punto principal aquí es: ¿el problema que la pareja trae a la sala de terapia es realmente un problema? ¿Para quién es el problema un problema? ¿Es producto de conflictos internos? ¿O el matrimonio se basó desde el principio en una base equivocada? Para obtener respuestas a todo esto, primero obtenemos el genograma familiar y luego tomamos la historia de experiencias pasadas. Determinamos los hitos importantes en el establecimiento del matrimonio y medimos cómo se han superado las crisis de relación vividas hasta ahora, es decir, las habilidades de resolución de crisis de las parejas. Luego, tomamos a las parejas por separado y las acompañamos en su viaje interior mediante el método del espejo, que les permitirá comprender lo que sucede en su propio mundo sin juzgar ni culpar a la otra parte. De esta manera, se dan cuenta de cuáles son sus necesidades insatisfechas y qué pensamientos, actitudes y comportamientos erróneos tienen. Para hablar el mismo idioma, brindamos información en la sala de terapia y recomendamos recursos adecuados que contribuirán a los cambios cognitivos. Luego, examinamos juntos las soluciones y, al poner tareas en casa, ayudamos a reforzar los cambios intelectuales que se producen en la sala de terapia transfiriéndolos al comportamiento. Además de estas técnicas de terapia cognitiva y conductual, también utilizamos varias técnicas de psicoterapia para identificar y resolver otros problemas subyacentes.

Mi cónyuge no quiere participar, ¿deberíamos definitivamente unirnos?
Si Uno de los cónyuges no está dispuesto a participar en el programa de terapia. El asesoramiento matrimonial se puede realizar con el otro cónyuge. De esta manera, los canales de comunicación permanecen abiertos entre el cónyuge y el terapeuta, permitiendo a la pareja intervenir en la resolución de los problemas matrimoniales. Pero las investigaciones muestran que el asesoramiento matrimonial continuo de una pareja es más eficaz para resolver problemas matrimoniales que el asesoramiento personal de una sola pareja. Porque, además de simplemente escuchar lo que ocurre en casa, poder observar las estructuras rotas en la comunicación e interacción de la pareja durante las sesiones e intervenir en estos trastornos sobre el terreno aumentará el éxito de la terapia.

No olvidemos que nuestra felicidad social, bienestar y seguridad dependen de una familia sana. Es posible con su estructura. Los niños sanos crecen en matrimonios sanos, y los matrimonios sanos están formados por individuos sanos. Espero que notes los problemas en tu matrimonio antes de que se conviertan en gangrena y busques soluciones…..

Leer: 0

yodax