La vida se ha vuelto muy difícil para todos durante estos días de cuarentena. Pero para los niños se ha vuelto mucho más difícil. Los niños que no podían salir de casa y que no tenían nadie que acudiera a su casa empezaron a aburrirse, a estar irritables y aumentaron su afición por la tecnología.
Los dibujos animados, los juegos de computadora y el uso de Internet pueden ser de apoyo y educativos para el desarrollo del niño. Si bien es necesario establecer límites incluso en tiempos normales, la importancia de establecer límites ha aumentado en este período. No controlar el tiempo pasado en Internet puede desarrollar adicción a la tecnología, lo que provoca trastornos patológicos cuando se está lejos de Internet.
El uso excesivo de computadoras e Internet por parte de un niño puede afectar su desarrollo saludable y requerir tratamiento psicológico.
Las familias no deberían permitir esto indefinidamente para que ellos se diviertan y nosotros podamos hacer nuestro trabajo, y definitivamente deberían poner límites. En estos días en los que los niños están muy aburridos, las familias deberían pasar tiempo más activo y de calidad con los niños, jugar y leer libros. A la hora de pasar tiempo con el niño no hay que apresurarse, al contrario, hay que ser lento.
Esté donde esté, el niño tiene que apresurarse a buscar algo. Sin embargo, la propia naturaleza del niño es lenta. No poder abrocharse los botones o atarse los zapatos rápidamente puede considerarse un ejemplo de la incompetencia exhibida por los niños pequeños que enfurece a sus familias. Los niños no pueden hacer casi nada rápidamente. Las familias intervienen y pueden hacer ese trabajo por ellas. Esto aumenta la tensión y la frustración de los niños. Lo mismo es necesario cuando pasamos tiempo juntos.
Para prevenir la adicción a la tecnología, la familia debe parar, reducir el ritmo y realizar cada actividad con el niño de forma lenta y placentera. Las familias no deben pensar que no importa qué interacción se vaya a realizar, entonces sigamos con mis asuntos. La actividad debe ser lenta y la duración debe ser larga. De esta forma, la afición del niño por la tecnología disminuirá.
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