El TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) es una enfermedad que se observa con una frecuencia del 7-8% en la sociedad. Aunque es tan común, es una enfermedad de origen genético que se banaliza, restringe la vida de la persona, afecta negativamente el curso de la vida y altera las relaciones interpersonales. El TDAH es un trastorno que comienza en la niñez, incluso en el útero, y continúa hasta la edad adulta en el 60-70% de los casos. El déficit de atención y la hiperactividad son dos trastornos con características muy diferentes, pero se evalúan juntos porque se originan en la misma región del cerebro. Si bien se pueden ver por separado, también existe un tipo mixto en el que los dos se ven juntos. En este artículo intentaré presentarles a quienes padecen Trastorno de Déficit de Atención (TDA); Falta de atención; Dependiendo de la edad de la persona y de su situación sociocultural, se encuentran dificultad para concentrarse, incapacidad para mantener la atención y distracción fácil por factores externos, olvidos, distracciones, desorganización y aburrimiento y evitación de tareas que requieren atención y paciencia. Si el trabajo tiene fines de entretenimiento y disfrute, se presta total atención; si es un trabajo o tarea que requiere responsabilidad y disciplina, la atención se dispersa. La hiperactividad es; Es la manifestación de una persona muy activa, que habla mucho, es impaciente, apresurada y no puede quedarse quieta, dependiendo de la edad y la estructura sociocultural de la persona. Los niños con déficit de atención se observan de forma diferente según cada grupo de edad. Esta observación se evalúa según su actitud en la escuela con sus profesores, su actitud en casa y fuera de ella con sus padres. Si damos ejemplos que describen el déficit de atención en la escuela, podemos escuchar las siguientes frases de los profesores. -En realidad es un niño muy inteligente, pero no presta atención a las lecciones. -Mira constantemente hacia afuera y parece estar vagando en un mundo de sueños. -Su cuerpo está aquí pero su alma está en movimiento. -Cuando hago una pregunta, él todavía puede responder correctamente aunque no parezca estar escuchando. -Su escritura es muy mala y desorganizada. -Siempre se pierde sus tareas y hace garabatos inapropiados en su cuaderno durante la clase. -Aún no ha podido implementar decenas de planes de lecciones dados por su consejero vocacional. -Pierde constantemente sus pertenencias u olvida traerlas de casa. -Estropea la lección y distrae a sus amigos. -A menudo se queda dormido o resopla y resopla durante la clase. -Deja todo su cuerpo como gelatina, como si fuera a caerse del escritorio.-No sé qué pregunta va a responder y cuándo será más difícil. Puede que sepa qué es más fácil, o puede que no sepa qué es más fácil. -Comete muchos errores en las preguntas de opción múltiple y se desplaza por la clave de respuestas. -No puede terminar las preguntas del examen a tiempo y parece que no le importa. -Comete un error de operación muy simple y se pierde la pregunta que sabe. Según sus padres, los niños con déficit de atención se pueden definir con las siguientes frases. -Si presta a sus estudios una décima parte de la atención que le dedica a los juegos de ordenador o a la televisión, será como veneno. -No me molestaría si memorizara las tablas de multiplicar como memoriza los nombres de los jugadores de fútbol. -No podemos distraer a un niño con un crujido al inicio de la lección, pero sí frente al televisor aunque explote una pelota. -Mientras hace sus tareas, tiene el control de todo fuera del aula. -Nunca hemos visto que no faltaran las cosas que queríamos comprar en el supermercado. -Basta con que estudie la mitad del tiempo de preparación que dedica a estudiar. -Estamos cansados del desorden en su habitación. -Estamos cansados de decir “Vamos hijo, vamos hija, trabaja un poquito”. -Siempre que lo enviamos a su habitación a estudiar no puede dejar de hablar de lo que pasó ese día. El grado de esta y otras analogías similares varía según la gravedad del trastorno por déficit de atención. En el déficit de atención, hay una deficiencia en la región frontal, que es la región en la parte frontal del cerebro. Se piensa que existe un problema en los niveles y transiciones de los neurotransmisores llamados dopamina y noradrenalina en esta región, donde se procesa la información y tiene funcionalidad ejecutiva y ejecutiva. La atención no se trata solo de concentración o de poder concentrarse en algo o estudiar. También es la capacidad de planificar, organizar por orden de importancia, utilizar adecuadamente el tiempo, distinguir y mantener la atención. La incapacidad para planificar es muy común en el déficit de atención. Existe el problema de crear un currículum continuo pero no poder implementarlo en los primeros días. Los padres ahora están cansados de lidiar con el plan de estudios en lugar de terminar las lecciones. Las palabras “definitivamente cumpliré esta vez”, “lo conseguiré todo este mes”, “no volverá a ser lo mismo” siempre han sido en vano. Por supuesto, una cosa importante a tener en cuenta aquí es que perder la confianza ante los ojos de su familia y sus maestros y, por lo tanto, perder la confianza en sí mismo, puede ser un final inevitable. En este caso llama la atención por ser alguien introvertido y con dificultades para expresarse. Estamos en un muy mal momento. Así como nos distraemos cuando nuestro estado de ánimo está alterado y nuestra mente está ocupada, lo mismo ocurre con los niños. En otras palabras, en la depresión o los trastornos de ansiedad, la atención puede distraerse y puede producirse desgana. Para que podamos llamarlo déficit de atención, es necesario sentirlo casi todos los días. Dado que la atención es algo que requiere una determinada actuación, cometemos injusticia con nuestros hijos, entramos en conflicto con ellos y los arrastramos a un proceso infeliz, tenso y reacio. En el déficit de atención se producen problemas a la hora de ordenar las tareas por importancia. Como el trabajo más importante es difícil, pierde el tiempo poniendo siempre otras cosas primero y luego empieza a lamentarse de no tener tiempo. Como está cansado, no puede completar su tarea principal y se queda dormido. Cuando le recuerdas a un niño con déficit de atención sus responsabilidades y le pides que lo haga, empieza a poner excusas y a huir como si el mundo se hubiera derrumbado a su alrededor. Entonces, ¿no tenemos todos un poco de déficit de atención? Sí, todo el mundo tiene algún déficit de atención, pero cuando es suficiente para alterar el flujo de la vida diaria, la educación, el trabajo y el funcionamiento, hay que tratarlo. Si decimos que tomar medicación todo el tiempo es la única condición, por supuesto que será beneficioso hasta cierto punto en algunas conductas y nuevos hábitos, y el apoyo familiar es efectivo. Pero en una situación en la que el fármaco es eficaz, debe utilizarse.
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