Castigo: Es un método angustioso y doloroso que se aplica al niño para evitar que se repita la conducta no deseada. Por ejemplo; como violencia, regaños, encerrar en una habitación. O es un derecho arrebatado al niño (como no permitirle ir al cine, quitarle la mesada, quitarle los juguetes.
El castigo, al igual que la recompensa, pierde su efecto después de un mientras. El niño se acostumbra al castigo. Por ejemplo, después de un tiempo, el niño no va al cine. Pierde su importancia y continúa realizando el comportamiento indeseable.
El castigo crea miedo, ansiedad y ansiedad en el niño. No hace la conducta no porque haya aprendido que no debe hacerlo, sino simplemente porque tiene miedo al castigo. El niño comienza a buscar diferentes formas de evitar el castigo. Por ejemplo: Mala nota. El niño al que no se le permite salir después de la escuela, oculta sus notas a su familia y dice que obtuvo buenas notas. El castigo allana el camino para un peor comportamiento del niño.
El niño que es castigado experimenta ira, rabia, odio, desafío, venganza, culpa, desconfianza. Se observan emociones negativas como la autocompasión y considerar cosas malas dignas de uno mismo.
Piensa en los tuyos propios infancia, ¿qué emociones sentiste cuando fuiste obstaculizado o castigado?
¿Qué puedes hacer en lugar del castigo?
-Puedes explicar al niño tus expectativas ante la conducta problemática. Por ejemplo; Para el niño que llora constantemente afuera pidiendo algo, antes de que la madre salga de casa: Me da tristeza y enojo cuando lloras cuando quieres algo afuera, y salir contigo no es placentero, ¿puedes expresarlo de otra manera cuando quieres? ¿algo?
Lo importante a considerar aquí es; Explicarle al niño sus expectativas ante la conducta indeseable, y no intentar solucionar el problema en el momento del problema. Cuando usted grita y advierte al niño después de que comienza a llorar, el niño no lo entenderá. En ese momento, su percepción de ti está cerrada.
-Crea un ejemplo del comportamiento que esperas del niño. Por ejemplo; Si no quiere que el niño grite cuando está enojado, no le grite cuando usted esté enojado. Recuerda eso; Los niños practican lo que ven.
-Apreciar al niño con frecuencia. La mayoría � Una de las cosas importantes es el aprecio. Apreciar cada comportamiento bueno y aceptable que te guste es un factor muy importante para repetirlo.
-Preguntar el motivo del comportamiento inaceptable. Cuando un niño se comporta de manera indeseable, puede haber una razón subyacente distinta a la travesura. Por ejemplo; Si no quiere ir a la escuela, es necesario pensar por qué. Quizás tenga falta de sueño, puede ser el comienzo de una enfermedad o tiene otro problema emocional. Puede que esté enojado contigo, puede que esté buscando tu atención, puede que haya tenido una pelea con un amigo en la escuela, puede que haya estado enojado con su maestro. En ese momento, en lugar de forzar el comportamiento (¡vamos a la escuela!), puedes pensar en los motivos y hablar con el niño: No te ves bien hoy, ¿te pasa algo? Puedes compartir conmigo.
-Puedes ofrecer alternativas al niño. Puede mostrar un comportamiento aceptable en lugar de un comportamiento indeseable. ¡No se lo digas al niño! Entonces, él inicia el comportamiento obstinado y usted puede guiarlo para que tome una decisión explicándole lo que espera que haga en su lugar. Por ejemplo; Si toca todo en el mercado, puedes mostrarle los artículos que compraste y dejar que los ponga en la canasta.
-Después de que el niño realiza el comportamiento indeseable, puede mostrarle los efectos del comportamiento. De esta manera, puede que se arrepienta. El niño debe ver el daño que resulta de un comportamiento inaceptable. De esta forma, el niño comienza a tomar conciencia de su entorno y de las demás personas, establece la relación causa-efecto y aprende los efectos y reacciones que su comportamiento puede tener en los demás. La idea de causar tristeza, malestar y dolor a otra persona lleva al niño a sentirse culpable y arrepentido de su comportamiento. De esta forma, el niño comienza a desarrollar el autocontrol. Por ejemplo; A pesar de nuestro acuerdo, volviste a llevar tus juguetes al centro de la sala. Recogerlos a esta hora me cansa y me duele la espalda. Además, me preocupo y enojo porque el invitado casi viene. Mi confianza en ti se ve afectada porque rompiste nuestro acuerdo.
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