La hernia de cuello es una afección que se produce como resultado del daño a los discos intervertebrales en la columna del cuello. Hay 7 vértebras en la columna del cuello y 7 discos intervertebrales entre las vértebras desde la segunda vértebra hasta la primera vértebra dorsal. Los discos intervertebrales son estructuras cartilaginosas ubicadas entre cada vértebra de la columna y son estructuras que actúan como amortiguadores articulares y de carga que median en la flexibilidad anteroposterior y lateral y el movimiento de rotación de la columna. Cada disco consta de tres componentes principales: Anillo fibroso: Es la capa externa y está formado por un tejido cartilaginoso duro. El anillo fibroso consta de fibras anulares que se irradian hacia el centro del disco. Estas fibras mantienen unido el disco y evitan que salga la sustancia gelatinosa del interior. Núcleo pulposo (tejido del núcleo): Es la capa interna y tiene una estructura gelatinosa. El núcleo pulposo está ubicado en el centro del disco y su contenido de mucopolisacáridos que retienen agua proporciona una característica fluida y gelatinosa. Esta sustancia parecida a un gel absorbe la carga vertical sobre la columna y la dirige hacia la pared del disco, proporcionando propiedades de absorción de presión. Placa terminal: el tejido óseo que cubre las superficies superior e inferior del disco. Las placas terminales superior e inferior permiten que los discos se adhieran a las vértebras y interactúen con el flujo sanguíneo en las vértebras para alimentar el tejido del disco. La calcificación de la placa terminal (calcificación) impide la alimentación del disco, provocando que el contenido de agua se seque (deshidrate) y se hernie. En la mayoría de los pacientes con hernia, vemos lo siguiente bajo el microscopio: la placa terminal ha sido destruida (degenerada) y el núcleo pulposo se ha secado y ha perdido su fluidez. El anillo fibroso desnutrido (pared exterior) se agrietó y el contenido del disco se hernió, comprimiendo los nervios. Los discos intervertebrales son importantes para la movilidad de la columna y la absorción de impactos. Los discos distribuyen la carga sobre la columna, proporcionan flexibilidad a la columna y protegen la médula espinal. Sin embargo, en casos como el envejecimiento, traumatismo o sobrecarga, se pueden producir daños en el disco y afecciones como la hernia del cuello, que suele ocurrir con una combinación de los siguientes factores:
Envejecimiento: La destrucción ( degeneración) de los discos como lo he descrito anteriormente, comienza el proceso y pierde su contenido de agua y se vuelve menos flexible. . Esto puede hacer que los discos se rompan fácilmente y se hernien.
Degeneración del disco: en realidad es un proceso degenerativo natural en el que los discos sufren cambios estructurales. Pero la degeneración puede acelerarse en personas con sobrepeso y trabajos que requieren levantar objetos pesados. Debido a la rápida degeneración, la elasticidad de los discos disminuye y se rompen más fácilmente.
Trauma: Los discos de la columna pueden traumatizarse durante un accidente, una caída o actividades deportivas en la zona del cuello. Esto puede causar daños a los discos y hernias. Esto puede aumentar el riesgo de hernia. Las hernias en el cuello pueden comprimir la médula espinal o las raíces nerviosas, provocando síntomas como dolor, entumecimiento, hormigueo y debilidad. Es importante consultar a un especialista para el diagnóstico y tratamiento de la hernia del cuello cuando se presentan estas molestias turcas.
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