Bolat, que ha incluido en su libro y discursos numerosos estudios sobre el sistema de recompensa y castigo, ha observado que, según los resultados de estos estudios, la recompensa llama más la atención y hace perder tiempo a los niños, pero en cuanto Cuando se elimina la recompensa, el individuo no vuelve a realizar esa conducta porque, en primer lugar, el niño no acepta la conducta que se intenta enseñarle: lo hizo para obtener una recompensa, no para cumplir su propósito. Después de un tiempo, el niño desarrolla el mecanismo de que si no hay recompensa, no hay conducta merecida. Los estudios han demostrado que las recompensas reducen la motivación existente e impiden que las personas desarrollen actitudes positivas. Si una persona realiza un trabajo, una tarea o un comportamiento con voluntad propia, su motivación interna le ayuda, y se puede decir que estas personas son personas con un sano proceso de desarrollo y aprendizaje y una motivación interna mejorada, pero si la persona realiza esta tarea, trabajo o conducta con un estímulo a través de un mecanismo de control externo, esta situación mejora la motivación externa y lleva a la persona a conductas indeseables. Asimismo, si funcionan mecanismos de control como el sistema de recompensa en los individuos: evaluación, supervisión, vigilancia, plazo/fecha de entrega, establecimiento de objetivos, competencia y competencia, el niño hará el trabajo, pero como esta situación controla a la persona que lo hace, reduce la motivación interna del niño, es decir, su entusiasmo por realizar ese trabajo. Asimismo, se puede decir que un individuo con motivación interna es un individuo que tiene juicios de valor, tiene mayor nivel de éxito, está altamente motivado, puede ayudar de forma voluntaria, está alejado del amor artificial y ha desarrollado la creatividad.
Según las investigaciones, se ha observado que los profesores que más recompensan y los profesores que más castigan son los mismos. Aunque las palabras recompensa y castigo se perciben como conceptos diferentes en nuestra mente, en realidad tienen el mismo significado. Ambos controlan al individuo proporcionándole condiciones. Para dar un ejemplo de esta situación, la frase "Si haces los deberes, puedes jugar con el ordenador" es una recompensa, mientras que la frase "Si no haces los deberes, no puedes jugar con el ordenador" se percibe como castigo por parte del niño. Hay una condición para ambos, y el niño llega al punto en que hace su tarea, que normalmente es su responsabilidad, viendo el juego de computadora como una herramienta, un castigo o una recompensa. es. En un estudio, la recompensa aumenta el nivel de dopamina en la persona, mientras que cuando no se da la recompensa, el nivel de dopamina cae por debajo de lo normal y la sensación de dolor se hace eco en la persona. Como resultado de la investigación, se encontró que sentir dolor como resultado de no recibir una recompensa es en realidad un castigo.
Como resultado de la investigación de Bolat, se vio que los comportamientos poco éticos son más comunes cuando Los individuos actúan con el objetivo de obtener la recompensa. Si hay recompensa, la persona intenta alcanzar la recompensa por el camino más corto, en lugar de lo que es correcto o ético. Esta situación puede generar sentimientos de competencia en los niños con sus amigos en la escuela, lo que luego puede fomentar sentimientos de hostilidad. Si evaluamos los conceptos de niño y escuela a través de principios éticos, es posible decir que el concepto de sistemas de recompensa y boleta de calificaciones también dirige al niño al sistema de trampa. De hecho, los niños buscan buenas notas no por su autoestima o responsabilidad, sino por la nota que recibirán, por su familia, por sus profesores, o por motivaciones externas porque tienen miedo al castigo. Para que eso suceda, primero deben aceptar que necesitan cambiar su propio modo de pensar, no el de sus hijos ni su propio comportamiento. Necesitamos ver a los niños como individuos responsables en lugar de verlos como seres humanos jóvenes e inexpertos. Cuanto más aceptado sea el niño en este mundo, en casa o en la escuela, más se sentirá como un individuo seguro de sí mismo, coherente, exitoso y que se respeta a sí mismo. La mejor manera de darle valor al niño es que la familia primero haga el comportamiento que se espera del niño, es decir, modele el comportamiento que quieren que vea el niño. Con el enfoque PİDE (Perspectiva, Necesidad, Emoción y Empatía) desarrollado por Bolat, se enfatiza que en lugar de cambiar el comportamiento del niño con condiciones directas, se enfatiza establecer una relación uno a uno con los niños y llegar al origen del problema y producir soluciones. Cómo establecer una comunicación correcta se puede resumir en decir: Acepta que tu hijo puede ser el motivo de su comportamiento, comprende el motivo, comprende sus sentimientos, ponte en su lugar y busca una solución. Trabajar por el desarrollo del niño. Tener conocimientos y logros nos lleva en una dirección más positiva en términos de comportamiento y aprendizaje. Así como los adultos aman el trabajo que pueden realizar, el sentimiento del niño de poder realizarlo satisfará la necesidad de asumir una responsabilidad gozosa. Es decir, si queremos aumentar el nivel de éxito del niño y el nivel de responsabilidad que asume, en primer lugar se le deben asignar tareas que sean adecuadas a su desarrollo y que tengan dificultades alcanzables. A veces los niños se aburren de estar bajo el mando de sus padres. Es posible que no se comprenda el motivo de su comportamiento. En tales casos, debe haber un cierto orden en casa o en la escuela, este orden debe ir acompañado de comportamientos, reglas y rutinas consistentes, y se debe buscar la solución de los problemas una vez que los problemas se revelan.
Finalmente, como Los adultos necesitamos cambiar nuestro comportamiento en nuestra propia vida todos los días. Al encontrarnos, puede haber actitudes y comportamientos que queremos que nuestros hijos cambien y desarrollen. Lo importante es cómo estos comportamientos se convierten en ganancias. En lugar de poner una condición a la adquisición de estos comportamientos por parte del niño, se puede crear una relación correcta y consistente con una relación de respeto, amor y confianza. Si no castigamos con recompensas a los niños, que son nuestro futuro, tendrán una edad adulta segura.
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