Oye mi voz...

Estamos en un mundo donde el desarrollo y el cambio ocurren rápidamente. Esta situación desencadena la individualidad. Por lo tanto, no nos dedicamos tiempo unos a otros y, quizás lo más importante, no nos escuchamos ni descansamos. Escuchar y ser escuchado trae comprensión. Una persona que se siente comprendida se siente cómoda y valorada. La persona que se da cuenta de que no es escuchada; Siente la necesidad de ponerse a la defensiva junto con sentimientos de ira e inquietud. Todo esto trae consigo falta de comunicación. Todo el mundo quiere explicar y hablar de algo, pero no siempre es posible. Incluso si explica, puede sentirse decepcionado al ver que no lo escuchan. Saber que eres escuchado y comprendido es una sensación tan placentera que hace que quien te escucha sienta una sensación de cercanía. Agrega sinceridad a la relación. La escucha, en la que nos centramos en la otra persona con todo nuestro ser, es ESCUCHA ACTIVA y es uno de los elementos más básicos de la comunicación. Me gustaría echar un vistazo a lo importante que es escuchar en las relaciones familiares.

Ayşe: -¿Qué debo preparar para la cena?

Ahmet: -¿Dónde está mi libro? ¿Lo has visto?

>Ayşe: -¿Sería buena la pasta?

Ahmet: -Sería malo si no puedo encontrar el libro.

Como en el monólogo anterior, los cónyuges creen que están hablando entre sí. Pero todos escuchan lo que dice. Escuchar significa no sólo prestar atención a lo que se dice, sino también prestar atención al lenguaje corporal de quien habla. Entonces, ¿qué pasó que dejamos de escucharnos más? Ahora vivimos como una familia nuclear. El tiempo para reunirse en familia también es limitado. Ya sea desayuno o cena. Especialmente si vivimos en una metrópoli, solo nos reunimos para el desayuno del domingo. Incluso nuestro tiempo familiar para hablar es limitado. En nuestras vidas, donde la tecnología es intensa, hemos llegado al punto en que nos comunicamos con miembros de la familia en la habitación de al lado mediante mensajes. Cuando nos reunimos, nadie se escucha y se concentra en sus propias necesidades. Todo el mundo está muy ocupado. Los padres están muy ocupados en el trabajo. La madre llega a casa y en casa continúa la misma intensidad. Hay que preparar la comida, los platos, la limpieza y orden de la casa, lavar la ropa, planchar, etc. El padre sigue trabajando en casa o haciendo llamadas telefónicas. Niños, colegio, centros de enseñanza o cursos privados, actividades de amigos... Todo este intenso ajetreo. Nadie puede dedicar tiempo a escucharse unos a otros. Porque necesitamos tiempo y paciencia para la escucha activa. ¿A qué podemos prestar atención para que la escucha activa nos ayude en nuestras relaciones? El momento en que comienza la comunicación debe reservarse únicamente para la persona que habla, el contacto visual y el cuerpo debe estar completamente girado hacia el interlocutor. Todo esto le da a la persona el mensaje de que sólo estoy interesado en ti. Esto relaja a la persona y hace que siga hablando. El lenguaje corporal es una gran pista de que estamos escuchando. Escuchar tus palabras sin interrumpir transmitirá el mensaje de que te valoro. Mientras la otra persona continúa hablando con estos sentimientos, él mismo encuentra soluciones. Le preguntaron al filósofo Diógenes: “¡Maestro! ¿Por qué tenemos dos oídos pero sólo una boca? Diógenes dijo: "Hablemos menos, pero escuchemos más". ¿Qué cambiaría si hoy en día escucháramos más y habláramos menos? Intentemos observarlos en nuestras vidas. Al intentar escuchar, a veces pensamos: 'Me gustaría que se quedara en silencio y expresara mi opinión, está estancado en cosas simples, mira con qué tiene problemas, etc...' Necesitamos paciencia para escuchar activamente. aquí. Podemos decirnos a nosotros mismos las siguientes sugerencias: “Sí, estas cosas son ridículas para mí, pero son importantes para mi esposa y mi hijo. Mi comunicación con mi esposa y mi hijo es importante para mí. "Son una parte importante de mi vida y muy valiosas para mí". Lo que debemos hacer es intentar comprender, no responder. Intentar comprender resolverá la mayoría de sus problemas de comunicación. Porque escuchar eficazmente es la parte más difícil de la comunicación.

"Llegará un día en su vida en el que todos comprenderán que sólo hay una respuesta para cada pregunta: AMOR"

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