Cada persona tiene expectativas diferentes del matrimonio. Mientras que para algunas personas el matrimonio significa vivir con seguridad, para otras el matrimonio puede significar obtener una mejor posición en la sociedad. Además de expectativas como una vida más cómoda económicamente y un estatus social positivo, en el matrimonio también ocupan su lugar las expectativas emocionales. Las expectativas emocionales como ser amado por el cónyuge, ser respetado, ser atractivo y atractivo, ser respetado, escuchar palabras de amor, recibir atención, compasión y aprobación se encuentran naturalmente entre las expectativas que los cónyuges tienen entre sí. Mientras que una mujer no quiere que su pareja mire siquiera de reojo a otra mujer, el mismo sentimiento se aplica al hombre. Los sentimientos de propiedad y posesión también se encuentran entre las expectativas del matrimonio. Algunas mujeres se sienten tristes por esto y dicen que sus maridos no tienen celos de ellas. Para estas mujeres, tener celos es sinónimo de ser amada. Para algunas mujeres, los celos de su cónyuge son un comportamiento primitivo. Nadie puede ser dueño de nadie más. Los mismos sentimientos se aplican a los hombres. Además de los hombres que se alegran de tener celos de sus esposas, no es pequeño el número de hombres que se sienten bastante perturbados por esta situación.
Además de los cónyuges que quieren escuchar que son amados verbalmente, los que quieren verse amados a través del comportamiento y los que quieren sentir que son amados a través del tacto. Cada cónyuge tiene expectativas diferentes de su cónyuge, dependiendo de su propia estructura de personalidad. Los primeros meses de matrimonio los dedican los cónyuges a conocerse. Según los resultados de la investigación, los cónyuges tardan los primeros cinco años en conocerse plenamente. Teniendo en cuenta el hecho de que los seres humanos tienen una estructura dinámica y experimentan cambios con el tiempo, los cónyuges aprenden nuevas características el uno del otro cada año.
Uno de los principales factores en las expectativas del matrimonio es tener hijos. Esta es la expectativa tanto de los esposos como de sus familiares y amigos. Los padres y amigos de las parejas de recién casados preguntan constantemente cuándo tendrán hijos. Estas preguntas inevitablemente crean presión sobre los cónyuges. Para poder cumplir con las expectativas de sus familias, son muchas las parejas que tienen hijos cuando aún no están preparados para ser padres. Cónyuges sin adaptarse el uno al otro y al proceso matrimonial Tener hijos crea problemas. Porque los niños traen consigo una gran responsabilidad. Los cónyuges que no están emocionalmente preparados para tener hijos tienen dificultades para asumir esta responsabilidad. Si bien la tensión puede causar síntomas depresivos, también puede alterar el equilibrio de un matrimonio que aún no está establecido. Por eso los cónyuges primero deben conocerse, aprender sobre la compatibilidad entre ellos y el matrimonio, y luego decidir tener hijos. No sería correcto conceder un plazo determinado a esta cuestión. No sería saludable dar una receta como no tener hijos durante dos años o tener hijos después de tal o cual período de tiempo. Sin embargo, los cónyuges pueden comprender si su matrimonio está en equilibrio. Si pueden abordar su matrimonio de manera objetiva, podrán hacer evaluaciones precisas.
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