¿Por qué mi hijo no me escucha?

Hoy en día vemos a muchos padres presentar quejas como: 'Mi hijo no me escucha, no le importa lo que digo e incluso me ignora'. A veces, cuando las cosas se ponen difíciles, muchos padres recurren a la ayuda de un especialista. Entonces, ¿por qué padres e hijos se convierten en polos opuestos? Además de muchas razones psicológicas y fisiológicas, esta situación puede deberse a problemas de comunicación dentro de la familia. Si el niño no tiene ningún trastorno fisiológico como autismo, TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), problemas del habla y del lenguaje, la causa subyacente de la situación suele ser los desacuerdos entre los padres o su comportamiento inconsistente hacia el niño. Ejemplos de esta situación incluyen que uno de los padres esté demasiado interesado en el niño mientras que el otro es descuidado e irresponsable, o que uno de los padres tenga una actitud suave al comunicarse con el niño mientras el otro tiene una actitud dura. En ocasiones, las incoherencias verbales entre los padres también pueden provocar esta situación. Por ejemplo; Las formas de habla llamadas mensajes bidireccionales, como que la madre le recuerde al niño la hora de acostarse cuando es hora de dormir y el padre le diga que está bien que mire más televisión y luego duerma, crean un conflicto cognitivo en el niño, y el niño intenta superar esta contradicción cognitiva reaccionando ante el padre. El niño a veces reacciona no escuchando a los padres o oponiéndose a ellos. En ocasiones, los niños muestran estas reacciones mostrando un trastorno del control de los impulsos, comportamientos agresivos o comportamientos retrógrados llamados regresión, como enuresis (mojar la cama) y chuparse el dedo.

En tales casos, cuando la familia consulta a un especialista, el especialista encuentra una causa orgánica en la solución del problema y, a menos que lo sea, normalmente influye en el comportamiento de los padres. Se aplican enfoques sistemáticos para resolver el problema colaborando con los padres. Se revelan los problemas dentro de la familia y se anima a los padres a cooperar en una acción conjunta. Terapias como la terapia de juego o la terapia de cuentos de hadas se utilizan a menudo con los niños. Además de estos, se brinda psicoeducación a la familia mediante la realización de reuniones con la familia, y se aplican métodos Cognitivo Conductual o Centrado en Soluciones.

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