El cerumen (cerumen) es más común en quienes limpian el canal auditivo externo con un bastoncillo de algodón o tienen la piel grasa.
Puede causar picazón, congestión, dolor y pérdida de audición en la oreja. Las molestias aumentan especialmente tras el contacto con el agua (bañarse, nadar, etc.).
En su tratamiento, se elimina con la ayuda de una cureta de tapón o dejando caer glicerina y ablandándola para luego chuparla con un aspirador. Si no causa molestias, no es necesario eliminarlo.
Antes se utilizaba el método de lavar el canal auditivo con agua a presión. Su uso ha disminuido considerablemente ya que puede dañar el tímpano y ser higiénico.
Antes de este tipo de limpieza hay que asegurarse de que el tímpano no tenga ningún agujero.
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Perforación del tímpano
El tímpano puede perforarse debido a un traumatismo o una infección. De vez en cuando se producen secreción del oído y pérdida de audición. Si no se cierra espontáneamente en al menos 6 semanas, se debe cerrar mediante cirugía. Si el tímpano permanece perforado durante muchos años, dado que el oído medio está abierto al exterior, se producen infecciones en la mucosa del oído medio que eventualmente se vuelven crónicas. Secreción maloliente que progresa disolviendo los huesecillos del oído y puede producirse daño permanente en el oído.Aumenta la pérdida de audición.La operación del tímpano es una operación que llamamos miringoplastia, en la que hacemos un parche utilizando membrana de cartílago o fascia. Si las perforaciones del tímpano van acompañadas de pólipos e infección en el oído medio y hueso mastioides, realizamos una operación mayor en la que recorremos los huesos del oído (tipos de timpanoplastia o mastoidectomía). Si hay un problema con la conducción ósea del oído medio debido a una perforación del tímpano, también se puede realizar una reparación ósea del oído medio (tipos timpanoplastia, osiculoplastia). En última instancia, es importante hacer del oído un entorno cerrado, libre de infecciones y capaz de oír.
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