Es necesario normalizar las relaciones para tener un matrimonio sano, feliz y fuerte. No es necesario que un matrimonio sea perfecto para poder decir cosas positivas sobre una relación.
Hay discusiones, opiniones diferentes y conflictos en cada relación. De hecho, un matrimonio sin estos no es saludable. Lo importante es darse cuenta de que estos son normales y poder gestionar los procesos. ¿No es muy doloroso pensar que nunca ha habido un buen momento?
Por eso, amigos, lo mejor que podemos hacer es centrarnos en lo bueno y lo bello en todas las circunstancias. Cuando estés teniendo problemas, me parece escucharte decir cómo será esto, enfocándote solo en el problema que estás experimentando, sin hacer adiciones, manteniendo vivo lo bueno y lo bello te permitirá encontrar el camino medio de una manera suave. Mientras te aferres a tu ira, a tus negatividades y al pasado durante la discusión, estarás ciego a los sentimientos de la otra persona e impedirás que te comprendan. Tienes que pensar si quieres solucionarlo o alimentarlo. Recuerde, el problema no es su cónyuge, es lo que ha pasado. Cuando mires cuál decidiste y te dirigiste, deberás analizar el resultado con menos daño. Es fácil terminar, requiere esfuerzo continuar. Ningún matrimonio permanece como está, sabemos muy bien que lo único que no cambia es el cambio en sí, ¿verdad?
Si sientes que tienes dificultades para llegar a una solución, si no puedes impedir tu enojo o apertura del pasado, la persona con la que compartirás esta situación debe ser un consejero familiar. Cuando les dices a quienes te rodean, no importa si eres de tu familia raíz o de tus amigos, ellos no pueden escucharte imparcialmente y actuar según sus propios sentimientos. Este tipo de situaciones pueden alimentar aún más el conflicto experimentado en lugar de llegar a una solución.
La tercera persona que debe estar contigo para resolver cada problema que experimentes, sin esperar a que llegue al final y preguntarse si Pasará con el tiempo, conviene ser un experto.
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