¿Qué recomendarías para enseñar el sentimiento de compasión a los niños y difundirlo en la sociedad?

Es la compasión lo que nos mantiene unidos, inicia y continúa nuestras relaciones, hace que nuestras vidas sean más significativas y habitables, ilumina nuestros corazones, almas y camino, y silencia la voz del mal.

Debemos apreciar lo que tenemos y lo que hay en nuestra creación. Nos damos cuenta del valor de lo que tenemos cuando estamos a punto de perderlo o cuando nos enfrentamos a perderlo.

Por ejemplo, si nuestra capacidad de acceder al agua que tenemos está restringida, entendemos mejor el valor de esa agua. Por poner otro ejemplo, cuando alguno de nuestros miembros se daña o se pierde, nos damos cuenta de que su existencia no tiene precio.

Podemos dar muchos ejemplos de situaciones concretas de este tipo. También hay virtudes que no son concretas, pero cuya existencia conocemos y cuya presencia embellece nuestra vida. Como la misericordia, la justicia, la humildad, la generosidad. Debemos mantener vivas estas virtudes. Los adultos tenemos una gran responsabilidad de desarrollar y fortalecer estos sentimientos en nuestros hijos que han sido confiados a nuestro cuidado. Un padre que abraza la compasión en cada paso cría un hijo compasivo.

Debemos inculcar especialmente compasión en nuestros hijos, que son los depositarios de nuestro futuro. Si los adultos tenemos una nota que queremos enviar al futuro, serán nuestros hijos quienes llevarán esa nota y la mantendrán viva.

No olvidemos que podemos construir una sociedad compasiva cuando nos acercamos a nuestros hijos, quienes son los moldeadores del futuro, con nuestro cuidado y amor.

Me gustaría hablar un poco sobre el papel de los padres en el fomento de la compasión innata del niño. Podemos enseñar al niño a comportarse con compasión exhibiendo un comportamiento compasivo. El niño aprende observando y escuchando en los primeros años de vida.

En primer lugar, los cónyuges deben ser compasivos el uno con el otro, con su entorno, los seres vivos y la naturaleza, los padres deben realizar algunas actividades de caridad y visitas con el niño, si hay una mano pidiendo ayuda de los padres. , deben extender esa mano con su hijo y dejar que pruebe el sabor de compartir, y el niño debe ayudar a las criaturas que viven en la calle, proporcionándoles comida y agua. Estos pasos aparentemente pequeños en la vida adulta tienen en el mundo del niño una importancia mucho mayor de lo esperado. Cada proceso que desarrolla la compasión del niño hace contribuciones positivas a su mundo espiritual y a su resiliencia psicológica.

Se espera un comportamiento compasivo. No existe tal cosa, esto hay que explicarlo bien, sobre todo a los niños. Por último, me gustaría recordarles un legado que nos dejaron nuestros antepasados. "Haz una buena acción y tírala al mar. Si el pez no lo sabe, el pez lo sabrá".

 

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