Uso de PRP y PRP Activado en Ortopedia y Traumatología

Muchos daños en los tejidos humanos debidos a lesiones o al envejecimiento se curan cuando se proporciona el entorno adecuado. Las células más eficaces en la curación son las plaquetas, que son pequeños componentes de la sangre. Después del daño, las plaquetas inician y aceleran los procesos de curación al liberar en el área lesionada muchos factores de crecimiento diferentes en las vesículas que contienen. El uso de plaquetas en diferentes tratamientos como acelerador de la cicatrización de los tejidos se inició en los años 1970. En ortopedia y traumatología, el PRP (plasma rico en plaquetas) se utiliza con resultados exitosos en el tratamiento de dolencias relacionadas con lesiones nuevas y antiguas y deterioros degenerativos de las articulaciones. Se ha demostrado mediante estudios en diferentes disciplinas que proporciona beneficios similares o superiores a muchos otros tratamientos en casos de daño del cartílago en articulaciones grandes, más comúnmente la rodilla, curación inadecuada debido a lesiones de músculos y/o tendones, y lesiones a largo plazo y Trastornos del sistema esquelético muy dolorosos. Los diagnósticos en los que se utiliza con mayor frecuencia el tratamiento con PRP en ortopedia y traumatología son: artrosis de rodilla-tobillo-codo y hombro, lesiones de cartílago, problemas del tendón de Aquiles (desgarros parciales, tendinosis y tendinitis), espolón calcáneo (fascitis plantar), medial y lateral. epicondilitis (codo de golfista y codo de tenista), tendinitis del hombro y roturas de tendones, tendinitis rotuliana y roturas de ligamentos del tobillo.

La aplicación del PRP se encuentra cada vez más en tratamientos con curanderos naturales, que cada vez se utilizan con más frecuencia en años recientes. Puede usarse solo o en combinación con otros tratamientos, aumentando las posibilidades de éxito. Dado que se utilizan las propias células sanguíneas de la persona, cuando las preparan y aplican personas competentes en un entorno adecuado, hay muchos menos efectos indeseables que muchos otros tratamientos. En la práctica, la sangre extraída esterilizada de una vena mediante métodos sencillos se somete a una serie de procedimientos que duran aproximadamente 15 minutos. Las partes celulares y líquidas de la sangre se separan entre sí después del proceso de hilado. La parte rica en plaquetas se introduce en la jeringa de aplicación y se administra en la zona de tratamiento una vez preparada de forma estéril. Para que los factores de crecimiento contenidos en las plaquetas se desarrollen más fácil e intensamente, se utilizan células sanguíneas obtenidas por métodos químicos o físicos. Se ha demostrado que el PRP activo tiene más éxito, especialmente en lesiones deportivas y problemas de tendones. Se pueden preferir los métodos físicos, ya que no requieren productos químicos para hacer que el PRP sea más eficaz. Para ello se puede utilizar mantenerlo a una determinada temperatura durante 16-24 horas o utilizar luz de determinadas longitudes de onda. Con la ventaja de que se aplica el mismo día, la mayoría de los pacientes y profesionales prefieren el proceso de activación de la luz, que requiere de 4 a 6 minutos de tiempo adicional.

El tratamiento con PRP se realiza después de evaluaciones muy cuidadosas en pacientes con Se deben implementar medidas preventivas contra los trastornos hemorrágicos y aquellos que usan anticoagulantes y anticoagulantes. La infección en la zona donde se aplicará impide el tratamiento con PRP. El tratamiento en sí rara vez puede causar inflamación, que dura uno o dos días. Por este motivo, sería apropiado descansar la zona durante al menos unos días después de la inyección de PRP y de PRP activado.

En muchas enfermedades y lesiones, las aplicaciones de PRP solas o en combinación con otros tratamientos reducen la cantidad del uso de medicamentos, acortar el tiempo de reincorporación al trabajo y a la vida diaria, pudiendo adelantar o eliminar posibles cirugías. Rara vez es necesario aplicarlo más de una vez. Sin embargo, hay que tener en cuenta que puede haber situaciones en las que no se espera una recuperación natural o en las que retrasar los tratamientos más conocidos sería perjudicial, y la aplicación de PRP puede no ser la única solución para cada enfermedad y paciente. La decisión de tratamiento más adecuada debe ser tomada conjuntamente por el paciente y el médico, considerando los posibles beneficios.

Te deseo días felices y saludables

 

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