Afrontar la pérdida de un ser querido o de un ser querido es bastante doloroso. Como resultado de esta pérdida, entramos en un proceso de duelo profundo y nos volvemos incapaces de disfrutar la vida. Tenemos dificultades para realizar actividades diarias sencillas como despertarnos por la mañana, comer, ir a trabajar y hacer compras. Sin embargo, dependiendo del duelo que experimentamos, damos reacciones emocionales, físicas, intelectuales y conductuales. Por ejemplo, podemos reaccionar emocionalmente con shock y tristeza, físicamente con una sensación de vacío en el estómago, opresión en el corazón, dificultad para respirar, incredulidad debido al dolor mental y trastornos del sueño y de la alimentación debido a la distracción y el dolor conductual. La palabra "bereavement", que significa duelo en inglés, se deriva de la palabra "berafian", que originalmente significaba "robar". Cuando esta palabra se usa más tarde en lugar de "luto", significa "Cuando alguien a quien amamos muere, sentimos como si nos hubieran robado la vida". prevaleció el pensamiento. El duelo existe en todas las culturas y es un fenómeno universal. Si bien en algunas culturas el duelo requiere salir de la vida diaria; En algunos, causa un significado espiritual.
Así como todas las emociones tienen una función, el duelo también tiene una función importante. Por ejemplo, mientras que la emoción del miedo nos permite evitar peligros y sobrevivir, el duelo nos permite decir adiós a las pérdidas y seguir adelante con la vida. Por tanto, el duelo es una respuesta natural a la pérdida. Pero a menudo las personas obstaculizan el saludable proceso de duelo. No quieren hablar de sus familiares muertos o de aquellos que han perdido. Porque esto es muy doloroso. Pero a veces pensar en un tema muy real y debilitante como la muerte y comprender que es una parte natural de la vida puede ser útil para aceptar lo positivo.
Freud se refirió al proceso de decir adiós a las pérdidas en su artículo. "Duelo y Melancolía" (1917). La palabra pérdida primero nos recuerda la muerte. El fin de una relación también es una pérdida. Entonces, podemos pensar en la separación como un proceso de pérdida. Según Freud, durante el proceso de duelo saludable, una persona realiza un trabajo de duelo. En este proceso, el yo decide que la persona u objeto perdido ya no existe y se retira la energía de esa persona u objeto.
Hay algunas etapas del proceso de duelo. Trabajo sobre la muerte y el duelo. Según la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross (1969), existen cinco etapas principales del duelo. Estos son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Dado que la pérdida de cada persona es única, el proceso de duelo puede ser diferente para cada persona. Por esta razón, no todas las personas que experimentan una pérdida tienen que experimentar estas etapas en orden o pueden no experimentar algunas etapas. En la primera etapa, la negación, la vida comienza a parecer vacía y sin sentido. La ira, la segunda etapa del duelo, es esencial para el proceso de curación. Incluso si tienes una ira que parece interminable, debes estar dispuesto a afrontarla. Durante el tercer período de duelo intentamos negociar. Antes de la pérdida hay un trato. La etapa final, la aceptación, no se trata de estar completamente bien o en paz con la pérdida. En esta etapa se acepta la ausencia física de la persona desaparecida. A la persona no le gusta esta situación, pero intenta aprender a vivir con ella. No podemos reemplazar lo que se perdió, pero comenzamos a construir nuevas relaciones. Empezamos a aferrarnos a la vida nuevamente. Hay que darle al proceso de duelo el tiempo necesario para empezar a vivir de nuevo.
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