Puede que todavía no hayamos podido dibujar una imagen de la felicidad, pero no sería un error decir que el secreto de la felicidad ha sido resuelto por los científicos. El tema de la felicidad ha sido el foco de atención de personas que trabajan en muchas disciplinas diferentes a lo largo de la historia. Por supuesto, el hecho de que estos conceptos describan cosas abstractas y no sean mensurables hace que sea difícil revelar científicamente esta situación. Esta pregunta surgió en la mente de un grupo de investigadores residentes en Boston, Estados Unidos, en 1938, y diseñaron una investigación para encontrar una respuesta a esta cuestión. Sin duda, cuando diseñaron el estudio no podían predecir que sería una investigación a tan largo plazo. Los datos obtenidos del estudio hicieron que la investigación continuara durante años e incluso se ampliara y añadiera nuevas personas. En el estudio participaron más de 250 jóvenes que estudian en la Universidad de Harvard y más de 450 personas de edades similares que viven en barrios de bajos ingresos de la misma ciudad. Como era de esperar, los investigadores predijeron que las personas con educación universitaria y un nivel socioeconómico alto serían más felices que otras. Sin embargo, los resultados nos llevaron a otros puntos respecto al secreto de la felicidad. No hubo diferencias en la felicidad entre los jóvenes que estudiaban en la Universidad de Harvard y el otro grupo. Como resultado de la investigación se conoció que el factor más importante que determina la felicidad es establecer relaciones positivas con quienes nos rodean.
Los resultados del estudio no sólo nos dan información sobre la felicidad, sino que también nos hablan de los secretos para vivir más tiempo. Como resultado de la investigación se vio que las personas que viven más no son personas con características físicas más saludables, sino personas más felices. Para dar un ejemplo de buenas relaciones con quienes nos rodean, podemos decir que la más importante y única es nuestra relación con nuestra madre a una edad temprana. La calidad de esta relación es muy importante para la vida humana. Es el prototipo de todas nuestras otras relaciones (es decir, siempre basamos esta en las demás y les damos forma). A esto le siguen otros familiares, amigos, parientes y el entorno social en el que nos encontramos.
Las investigaciones nos muestran de qué depende el éxito. No se pudo detectar ninguna relación entre el éxito social y económico y el coeficiente de inteligencia. Entonces, ser más inteligente no significa tener más éxito. No trae. Se ha demostrado que las personas social y económicamente exitosas establecen relaciones positivas con sus madres a una edad temprana.
Los investigadores resumen el estudio como "La felicidad es amor, punto". Es hora de reflejar estos datos científicos tan valiosos en nuestras vidas lo antes posible, quizás lo mejor sería empezar por las personas más cercanas a nosotros.
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