¡Ay, mi hijo está creciendo!

Te compadeciste de un amigo. Parece imposible que la conversación transcurra sin tocar este tema. Tu hijo ahora es un adolescente y no sabes qué hacer. Te das cuenta de que empezó a escuchar más a sus amigos cuando solía obedecerte, compartirlo todo y mirarte a los ojos. Esta situación de "segundo lugar" te molesta. Estás tratando de descubrir cómo lograr un equilibrio. Empezó a salir por la noche y a volver tarde a casa. Las discusiones entre ustedes no van a ninguna parte. Cada vez te enojas un poco más. Intentaste ser amigo de él, pero…

No funcionó porque no eres amigo de tu hijo, sino su padre. Por un lado, dices: "Ya eres mayor" y, por otro lado, quieres interferir en sus elecciones de amistad. En definitiva, la adolescencia es un período en el que tanto los padres como los adolescentes pueden sentirse confundidos. Su hijo ahora está en camino de convertirse en un individuo y no en su hijo. En la adolescencia, donde se producen una serie de cambios biológicos, hormonales y físicos, el niño pasa por un proceso de cambio en el que abandona la niñez y comienza a formar su propia filosofía y enfoques de vida únicos. El joven que puede recibir apoyo familiar durante este período se siente valioso y suficiente y puede afrontar más fácilmente las dificultades que encuentra en la vida social. Cuanto antes los padres acepten el proceso de adquisición de su identidad, más fácil y agradable será este período para toda la familia.A medida que su hijo revela su individualidad, no sólo se ve afectado por la familia. sino también por factores ambientales.

Amigo, entorno escolar y entorno de vida son algunos de estos factores. Lo que le aporta de su entorno y familia depende de lo que le han enseñado desde pequeño. Durante este período, es posible que quiera probar muchas cosas para comprender cuál le conviene. Esta situación también puede provocarle ansiedad. Te das cuenta de que las emociones cambian rápidamente. Es posible que de repente empiece a reír mientras llora. Puede que algo le guste mucho y de repente deje de gustarle. Cuanto más se adapte a este proceso de cambio, mejor recordará su adolescencia. Las ansiedades sobre el cuerpo pueden pasar a primer plano. Cuando estamos en un proceso de cambio constante, nos miramos frente al espejo. Es posible que pasen largos minutos frente a sus ojos y que tengan pensamientos negativos sobre su acné. Puede experimentar confusión si no es alto ni bajo, ni delgado ni tiene sobrepeso.

A medida que avanza la adolescencia, las opiniones de sus amigos y si será aceptado por ellos se vuelven importantes. Ser querido por ellos, pertenecer a un grupo y cómo expresarse están en la agenda. Siendo ese el caso, los padres deben elegir cuidadosamente en qué se involucrarán y en qué no. Un adolescente puede decidir por sí mismo si tiene hambre o si quiere bañarse. Por lo tanto, involucrarte en este tipo de asuntos te convertirá en un padre que dice y comenta de todo. Al cabo de un tiempo, tu hijo dejará de escuchar lo que dices y no obtendrá tu opinión sobre determinados temas. Puede que incluso mienta. Él cree que te están contando todo de todos modos. Es necesario tener cuidado a este respecto y elegir cuidadosamente las áreas donde se trazarán los límites.

Establecer límites y reglas es necesario para evitar conflictos dentro de la familia. También es muy importante que los padres se pongan de acuerdo sobre los límites. Todo el mundo tiene responsabilidades, tanto en la infancia como en la adolescencia. Si estas responsabilidades no se cumplen, no hacerlo e imponer sanciones en nombre del niño juega un papel importante en su saludable individualización. Es necesario asegurarse de que se mantenga alejado de comportamientos peligrosos, pero no debe descuidar la responsabilidad. Aunque creas que se está alejando de ti, recuerda que tu hijo necesita de ti, es decir, de una familia, de tu amor, y abrázalo. Intenta entenderte y explicarte. La claridad en la comunicación se refiere a mensajes claros y coherentes.

La comunicación en familias sanas se considera directa, abierta, honesta y única. El proceso de comunicación con los padres es eficaz principalmente para criar niños que tengan confianza en sí mismos, que puedan actuar de forma independiente y que puedan afrontar situaciones que les provocan ansiedad. Te sorprenderá ver que los problemas se solucionan en poco tiempo prestando atención a la comunicación.

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