En nuestra vida diaria, es necesario hacer ejercicio para adaptar nuestro cuerpo a nuestra vida y mantener nuestro cuerpo preparado físicamente para los acontecimientos que vivimos. Se debe reconocer la importancia del músculo esquelético en la realización exitosa de diferentes tipos de actividades físicas (por ejemplo, deportivas, recreativas, ocupacionales y otras) y en la participación en la vida diaria y las obligaciones sociales. Además, los músculos esqueléticos desempeñan un papel activo en tipos de enfermedades primarias y secundarias; También es eficaz para definir la función esquelética y muscular, las limitaciones de la actividad y el alcance y las características del trastorno.
La función básica de aproximadamente 600 músculos de nuestro cuerpo es convertir la energía química (grasas y carbohidratos) en energía mecánica. De esta manera se crea fuerza. La fuerza se transfiere desde las fibras musculares activas a los tendones, es decir, a los puntos donde los músculos se conectan con los huesos. El movimiento de los tendones sobre el hueso también crea movimiento en las articulaciones. En principio, la fuerza puede acumularse en poco tiempo; El resultado, generalmente definido como fuerza muscular, se produce o la formación de fuerza puede extenderse durante un período de tiempo. Esta situación también se llama resistencia muscular. En el ámbito clínico, la incapacidad para generar fuerza a corto plazo se conoce como debilidad, mientras que la incapacidad para aplicar fuerza se conoce como fatiga muscular. El músculo esquelético constituye entre el 40 y el 45% de la masa corporal total, y el 55% de la masa muscular total se distribuye en las piernas. El músculo contiene aproximadamente el 50% de las proteínas totales del cuerpo. Además de generar fuerza, los músculos esqueléticos contribuyen al metabolismo basal, generan calor para mantener la temperatura central, regulan el azúcar en la sangre, sirven como almacenamiento de carbohidratos, lípidos y aminoácidos, ayudan en la generación de energía durante el ejercicio y protegen los órganos internos.
Como resultado, la dramática plasticidad del músculo esquelético bajo diferentes condiciones y factores ambientales como el reposo en cama y el ejercicio lo ha convertido en un objetivo ideal en las intervenciones de tratamiento.
Funcionalmente, la fuerza del músculo esquelético se ha asociado con la velocidad al caminar, el equilibrio, el tiempo para levantarse de una silla, la capacidad para subir escaleras, la frecuencia de caídas y la tasa de supervivencia. Esta evidencia muestra que mantener y aumentar la fuerza y la resistencia muscular a lo largo de la vida es parte de la vida diaria. Fortalece la creencia de que reducirá el agrietamiento.
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