¿Estamos realmente conectados?

Cuando pensamos en conexión, pensamos en todo tipo de cosas, estoy seguro. Lo llamamos apego a todos nuestros sentimientos de sentirnos atraídos por una persona, un ser vivo, una cosa, un evento, un momento o un sentimiento. Nos encanta, se llama apego, no podemos renunciar a ello, se llama apego nuevamente. Incluso cuando pedimos un plato que nos encanta comer en el mismo lugar, terminamos diciendo "Estoy enganchado". Llamamos apego a cada emoción dentro de nosotros que nos motiva y nos da entusiasmo. A ver si realmente lo estamos haciendo bien. Apego según la psicología; Se define como la tendencia del individuo a esperar cercanía de otra persona y el sentimiento de seguridad del individuo cuando esta persona está cerca. En otras palabras, este concepto, que dirigimos a cada agitación interior y al sentimiento de no poder rendirnos, sólo abarca a las personas. Creo que la razón por la que siempre comemos la misma pasta en el mismo lugar porque nos encanta es porque le tenemos un poco de cariño al estómago.

El apego, tal como se define en psicología, nos dice que no veamos a la otra persona como individuos que solo satisfarán nuestras necesidades y las acepta. En el momento en que nos sentimos conectados con alguien, vemos a la otra persona como individuos que deben hacer todo por nosotros. Cuando estamos tristes, la única persona que puede aliviarlo es la persona a la que estamos apegados, o todos los motivos de nuestros momentos felices se concentran en esa persona, o esa persona siempre tiene que hacernos felices. En este sentido, creo que todos entendimos mal conectarnos y somos muy felices de esta manera.

  Durante siglos, todos los libros, películas, canciones y canciones populares nos dicen que este sentimiento es lo más singular del mundo. Se trata de personas que se dan por vencidas para reunirse entre sí bajo todo el dolor y los problemas. Debajo de cada palabra hay una lágrima, un abandono, tal vez una pérdida de uno mismo con el sentimiento de no poder reencontrarse. A veces dicen que una cosa, el 'apego', no es suficiente para que su amor continúe, el amor que sienten como si corriera por sus venas. Cuando el mundo entero se opone a ellos y tienen un último paso que dar, demuestran que dan ese paso hacia esa persona. Resumieron tan bellamente que establecer un vínculo debe basarse únicamente en la expectativa de amor de la otra parte... Ahora bien, cuando lo miramos, las renuncias se llaman 'no puedo'. Encuentra excusas para irte Crece y trata de subir los escalones de la vida que cree que son mejores para él, dejando de lado el amor de todo un grupo de personas que piensan en su propia vida. No saben que quedarán atrapados en un lugar donde no existe el desamor, y que cuando se vayan a dormir por la noche, se aferrarán a las esquinas del vínculo que abandonaron, separadas por puntos. A medida que el tiempo se vuelve más cruel con las personas, éstas muestran una actitud más reservada hacia aquellos a quienes están apegados y se apresuran al fondo para escapar de ese sentimiento. Por eso puedo decir que lindos eran los amores de antaño, como todo en los viejos tiempos... Esos amores que uno intentaba hasta el último aliento vivir sin darse por vencido, sin importar lo que dijeran. Se subían montañas para ver un par de ojos, o cartas entregadas al periódico para llegar a sus seres queridos... En aquellos días, la gente hacía sacrificios por sus seres queridos tanto como los amaba. Los corazones no están apegados a un solo momento sino a la persona que lo hizo posible. Frases tan bonitas se han escrito para explicar cómo a veces el amor no es suficiente, y cómo, haga lo que haga, ese vínculo entre ellos se corta con unas tijeras. En ocasiones explicaron cómo se dieron por vencidos para que nada pudiera pasar con ese amor y ese vínculo insuperable entre ellos. Tal como İzzet Günay le dijo a Türkan Şoray: 'El amor no fue suficiente, íbamos a encontrarnos hace mucho tiempo'.

  Aférrate fuerte a los momentos en los que lo que hay en tu corazón ilumina tu camino. Si quieres aferrarte a lo que te espera al final del camino con el mismo sentimiento, incluso si corres kilómetros y te deshaces de ataduras crónicas, aférrate a este sentimiento. ¿Y piensa si lo que crees que no puedes renunciar es la punta de una cuerda o dos pares de ojos? Ahora te pregunto, ¿estamos conectados, de verdad?

 

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