La congestión nasal puede ocurrir durante los primeros 6 meses de la infancia, sin estar causada por ninguna enfermedad. Los conductos nasales de los bebés son más estrechos de lo normal. No pueden limpiarse la nariz sonándose la nariz. El sonido causado por el aire que pasa a través del estrecho conducto nasal puede percibirse como una respiración sibilante. Aparte de esto, la congestión nasal se desarrolla con mayor frecuencia durante infecciones del tracto respiratorio superior, como el resfriado y la gripe, o por motivos alérgicos. Si bien el problema de las adenoides causa congestión nasal, se vuelve más grave cuando se suma la infección del tracto respiratorio superior. Otras causas menos comunes incluyen trastornos congénitos, pólipos y quistes.
La congestión nasal afecta negativamente las actividades diarias, el apetito y el sueño del niño. En este caso, es necesario realizar algunas intervenciones
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Debemos controlar la temperatura y la humedad de la habitación: La temperatura de la habitación no debe exceder los 21-22 grados. El clima extremadamente caluroso y seco aumenta la congestión nasal. La tasa de humedad debe ser del 45 al 50%. Es importante observar los niveles de temperatura y humedad y proporcionar el ambiente adecuado con dispositivos simples.
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Agua salada: se prefiere en forma de gota para los bebés y en forma de aerosol para los niños mayores. . Puede preferirse solución salina fisiológica o agua de océano. Es especialmente útil hacerlo antes de dormir y amamantar.
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Bomba Nasal!!!! debe usarse con precaución. Un uso demasiado intenso y frecuente puede provocar irritación nasal y sangrado. Debe usarse suavemente, no más de 3-4 veces al día. Ayuda a limpiar la secreción, especialmente durante las infecciones del tracto respiratorio superior, ya que la consistencia de la secreción se espesa.
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Los aerosoles y gotas que contienen descongestionantes nasales deben usarse con cuidado y con el consejo de un médico. un médico. No está recomendado para niños menores de 2 años. No se recomienda utilizarlo durante más de 3 días.
A pesar de todas estas precauciones e intervenciones, si la congestión nasal de su hijo no desaparece, si tiene quejas como mala calidad del sueño, dificultades para alimentarse, inquietud, asegúrese de consultar a un especialista en oído, nariz y garganta.
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