La sexualidad es una cuestión muy importante para una persona sana y una vida familiar sana. Es una actividad vital para la supervivencia de nuestra generación y nuestra salud mental. Así como enfermedades como la presión arterial, la insuficiencia cardíaca y la diabetes son problemas de salud importantes que requieren tratamiento, un problema que enfrentamos con respecto a nuestra vida sexual debe ser tratado en lugar de avergonzarlo u ocultarlo. Muchos trastornos sexuales son problemas que pueden solucionarse mediante intervenciones ginecológicas o métodos psicotécnicos. Lo importante es elegir a la persona adecuada para que le ayude con este tipo de enfermedad. El tratamiento de enfermedades relacionadas con la disfunción sexual requiere educación especial e historial laboral. Para poder brindar servicios de terapeuta sexual, una persona debe completar su educación universitaria en psicología, luego recibir una formación especial en el campo de la terapia sexual y realizar estudios en este campo. En este campo profesional, la experiencia es de gran importancia para el funcionamiento de la terapia, ya que se trata de cuestiones sensibles y privadas y se utilizan métodos prácticos de resolución de problemas. Anteriormente, se vio que profesionales con experiencia en asesoramiento familiar también prestaban servicios de terapia sexual en este campo. Sin embargo, últimamente esta materia se ha convertido en un servicio de psicoterapia que requiere conocimientos y habilidades especiales, y cuenta con sus propios expertos y profesionales.
Si los problemas sexuales no se producen por una razón orgánica, como se ha comentado anteriormente, Se debe consultar a expertos especiales que hayan recibido formación en terapia sexual. Si el consultor preferido tiene la competencia necesaria en terapia sexual, no proporcionará información a otra persona sobre ningún tema que usted haya compartido, a menos que surja una obligación legal. El principio de confianza y confidencialidad se ha convertido en la norma básica para este colectivo profesional. Además de ser confiable, el terapeuta debe tener una mentalidad abierta, imparcial, flexible y no reflejar sus propios valores durante la terapia. Los terapeutas sexuales, también conocidos como sexólogos o especialistas en salud sexual, no tienen autoridad para realizar exámenes físicos, hacer diagnósticos médicos ni recomendar medicamentos. No se puede obligar al cliente a hacer algo que no quiere hacer, ni dentro ni fuera de las sesiones de terapia.
Reunión en pareja o encuentro individual Durante el proceso de terapia sexual, el terapeuta trabaja para solucionar el problema y brinda información sobre la sexualidad. Da consejos a sus clientes para una vida sexual más saludable. En este proceso, la motivación y el interés de los pacientes también son clave para conseguir los resultados del tratamiento. Para ello, el terapeuta debe ser franco y paciente con sus pacientes. La capacidad de estas aplicaciones para producir resultados efectivos es directamente proporcional a la experiencia. En el tratamiento sexual donde se utilizan métodos de psicoterapia conductual, a las parejas se les asignan tareas relacionadas con el problema que pueden aplicar en casa. Para que estos ejercicios den resultados positivos o gestionen bien la situación, el consultor debe haber trabajado muchas veces antes con el tipo de problema correspondiente. En otras palabras, la “terapia sexual” es un viaje a largo plazo en el que se vivirán diferentes experiencias y se obtendrán nuevas experiencias con cada una de las experiencias.
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