Divorcio Espiritual

Existe una nueva definición llamada fatiga matrimonial. La expresión es nueva, pero el concepto que representa es la versión "no violenta" del conflicto violento que se remonta a la antigüedad; No violentamente, sino suavemente, una situación de no poder llevarse bien, una especie de divorcio espiritual.

Los cónyuges comparten la misma casa, pero renuncian a compartir la vida, cortan la comunicación, no no chatear y no hacer esfuerzos por solucionar sus problemas; Se alienan el uno del otro tanto emocional, espiritual como físicamente.

Las casas con varias habitaciones, diferentes televisores, computadoras y teléfonos inteligentes separan a los cónyuges y los hacen sentir solos. Si los cónyuges pasan la mayor parte del tiempo en habitaciones separadas, no comparten la misma mesa y han perdido relaciones con familiares y amigos en común, suenan las alarmas sobre la fatiga matrimonial.

Si siente que su matrimonio está cansado, debe actuar de inmediato e intentar reactivar la comunicación entre ustedes. Si no sabe por dónde empezar, sería beneficioso obtener ayuda de un experto. Porque este cansancio progresa de manera extremadamente insidiosa, alejando gradualmente a los cónyuges entre sí y de la relación y llevándolos al punto de romper.

 

Los cónyuges comparten la misma casa con el uno al otro, pero han desistido de compartir la vida, la comunicación ha cesado, no conversan, han dejado incluso de tener una discusión para solucionar sus problemas como... Así llamamos al matrimonio de las parejas que están físicamente, mentalmente y emocionalmente distantes el uno del otro y distanciados el uno del otro, matrimonio cansado.

 

Ursula Le Guin dice “El amor no es algo que simplemente se queda ahí como una piedra; "Como el pan, es necesario hacer uno nuevo cada vez".

Amar y enamorarse puede ser un buen comienzo para el matrimonio, pero desafortunadamente no es suficiente para que el matrimonio funcione. Casamiento; Se nutre, se desarrolla y se vive con amor, respeto y lo más importante, esfuerzo. Las relaciones sin esfuerzo están condenadas a terminar. Las investigaciones nos muestran que en los matrimonios felices, lo que sostiene la relación no es el amor, la pasión o la armonía, sino la determinación de las personas de mantener la relación. En otras palabras, los matrimonios duraderos y felices son para quienes están dispuestos a llevarse bien.

 

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