Trastorno Obsesivo Compulsivo en la Infancia y la Adolescencia

El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno común, crónico y de larga duración en el que las personas tienen obsesiones o compulsiones.

Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales repetitivos que causan ansiedad. A menudo la persona los considera irracionales, compulsivos e involuntarios. Los síntomas comunes de la obsesión son:

Las compulsiones son conductas o acciones repetitivas que las personas exhiben conscientemente para suprimir sus obsesiones.

son acciones mentales. Aunque el propósito de las compulsiones es aliviar la angustia que surge de las obsesiones, no existe una conexión lógica entre la acción realizada y la situación prevista. Los síntomas generales de compulsión se enumeran a continuación:

No todos los rituales y hábitos se consideran compulsiones. Cualquiera puede volver a comprobar las cosas. Pero una persona con TOC muchas veces no puede controlar sus obsesiones y compulsiones. Para ser considerado TOC, este tipo de pensamientos o conductas deben ocupar a la persona al menos una hora cada día. Además, las personas con TOC no disfrutan realizando sus compulsiones; pueden pensar que se alivian sólo porque se alivia la ansiedad causada por sus obsesiones. Experimentan problemas importantes en su vida diaria y funcionalidad.

Según estudios epidemiológicos, la prevalencia del TOC en la infancia es del 0,5-1% y la prevalencia del TOC en la adolescencia tardía es del 2-3%.

Según estudios clínicos, el inicio promedio del TOC infantil se produce entre los 6 y los 11 años. En ½ a 1/3 de los TOC en adultos, el trastorno comienza en la niñez o la adolescencia, pero generalmente no se nota en este período.

Aunque los factores genéticos desempeñan un papel importante en las causas del TOC, los factores hormonales factores, traumas infantiles y rasgos de personalidad (detallista, perfeccionista, meticuloso).

Los rituales que se consideran normales en la infancia generalmente están dentro del alcance de las actividades funcionales diarias, como tratar de no pisar líneas, determinar números de la suerte, y son beneficiosos para el desarrollo de los niños, permitiéndoles controlar los niveles de ansiedad y socializar. Los rituales asociados con el TOC son extremadamente incómodos, alteran la funcionalidad diaria y conducen al aislamiento social, y sus contenidos son diferentes. La obsesión más frecuente en la infancia es el miedo a la contaminación con gérmenes, y la compulsión que conlleva es la evitación y el lavado excesivo de manos. Otra obsesión que se ve con frecuencia implica preocupaciones sobre el daño a uno mismo o a los padres y va acompañada de una compulsión de control. Otras compulsiones comunes incluyen tocar, contar, clasificar o acciones mentales (como orar, pensar en cosas específicas, repetir mentalmente). Estas compulsiones pueden afectar el rendimiento académico de los niños y la comunicación entre pares. Las obsesiones sobre la sexualidad son comunes durante la adolescencia.

Los niños suelen ocultar estos síntomas del TOC porque se avergüenzan de ellos o los describen de una manera más suave de lo que realmente son. Sospechan que los síntomas son "locamente anormales". A menudo se explican más fácilmente a los médicos. Para una evaluación completa, el médico debe obtener información por separado del niño, los padres y el maestro.

Los trastornos que frecuentemente acompañan al TOC son:

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