Reduzca su propio ritmo de conversación.
Es común escuchar a los padres y otros adultos decirles a los niños que tartamudean que "disminuyan la velocidad
". Aunque tiene buenas intenciones, esta afirmación puede hacer que los niños se sientan más frustrados porque la tartamudez no es tan simple. Sin embargo, puede ayudar a modelar un estilo de conversación pausado.
Reduzca la cantidad de preguntas que hace en rápida sucesión.
Al leer o jugar con su hijo, es fácil asumir el papel de “maestro” y, sin querer, acribillarlo con preguntas para poner a prueba sus conocimientos. Un estilo de interacción alternativo implica utilizar un equilibrio más equilibrado de comentarios y preguntas. Esto reduce la demanda de respuestas rápidas y precisas por parte del niño.
En lugar de hacer preguntas constantemente, intente hacer declaraciones que comiencen con "Creo" o "Me pregunto" como una conversación. inmediato. Por otra parte, haga comentarios que puedan incitar a su hijo a compartir detalles de forma espontánea. Por ejemplo, "¿Qué comiste de merienda?" En lugar de preguntar. Podría decir: “Comí una manzana como refrigerio”.
Siga el ejemplo del niño en el juego.
Seguir el ejemplo de su hijo ayuda a reducir la cantidad de instrucciones verbales y preguntas durante el juego. Deje que el niño guíe y apoye el juego manteniendo un buen contacto visual y animándolo y elogiándolo para ayudar a aumentar su confianza.
Simplifique el lenguaje que utiliza
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Los niños suelen imitar la gramática y el vocabulario utilizados por sus padres. Reducir la complejidad de su lenguaje (gramática, vocabulario, longitud de las oraciones) cuando se comunica con su hijo crea un entorno de conversación menos exigente.
Tener en cuenta las sugerencias mencionadas anteriormente hará que su comunicación con su hijo más saludable lo hará posible. Sin embargo, lo más importante que debes recordar es consultar a un experto en el tema antes de esperar a que la tartamudez desaparezca por sí sola.
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