Existen ciertas actitudes conductuales que las personas con trastorno de personalidad narcisista aplican con frecuencia. Estos comportamientos, que obligan a quienes viven con estas personalidades y les hacen desarrollar muchos problemas, se repiten en patrones. Podemos decir que estas actitudes derivadas de los mecanismos de defensa de los individuos narcisistas se realizan de forma inconsciente. He mencionado algunos de ellos en este artículo, buena lectura.
Las personas narcisistas a menudo utilizan un comportamiento de culpa. La otra persona está equivocada y es incompleta. Suelen golpear al viticultor en lugar de comerse las uvas. Las acusaciones pueden convertirse en un ataque a la personalidad que llamamos ad hominem. Utilizan frases como “tú eres así”, “tú ya eres…” y no piensan en si la otra persona sale lastimada o enojada. El mecanismo de defensa por proyección es el estado de atribuir una situación de uno mismo a la otra persona. Por ejemplo, el narcisista que acusa a su pareja de traición en realidad se está engañando a sí mismo, y sus actitudes inseguras hacia su pareja en realidad se deben a que es una persona poco confiable. Existe una mentalidad de "Si yo lo hago, él lo hace".
Se han desarrollado esquemas de rectitud. Para ellos es importante no ser felices sino tener razón. Largas explicaciones, esfuerzos de persuasión, discusiones y debates interminables... Se meten en estos diálogos y discusiones, aunque al final no obtengan ningún beneficio. Sus egos son frágiles y tratan de proteger firmemente este frágil ego. Por eso parecen orgullosos, presumidos, fríos y dignos. Pero en el fondo son débiles y tienen mucho miedo de ser vistos.
Los narcisistas son expertos en arruinar los momentos felices. Pueden dispersar la atmósfera feliz y pacífica por razones que no llenarán la semilla del higo cuando no tienen lugar. Por tanto, sus familiares (especialmente cónyuges e hijos) pueden esperar inquietos y alertas, sin saber cuándo y dónde surgirá un problema. Es posible que no puedan soportar la felicidad de los demás cuando ellos no son felices.
Las personas con trastorno de personalidad narcisista a menudo no se ofrecen voluntariamente para recibir terapia. Vienen con iniciativa o necesidad de sus familiares. Piensan que no hay ningún problema en ellos mismos, enfatizan que no son comprendidos por quienes los rodean. Quienes acuden a psicoterapia suelen ser abusadores narcisistas. Son los familiares que están expuestos al varón. Las parejas románticas y los cónyuges son los que tienen los mayores problemas. Los síntomas más comunes que encuentro en estas personas son inquietud, nerviosismo, estrés, ansiedad, miedo, pánico, infelicidad, alienación de uno mismo, sensación de impotencia, cuestionamiento de su salud mental y memoria.
Los individuos narcisistas son manipuladores. Recurren a muchas manipulaciones como utilizar, explotar, humillar y devaluar a los demás. Cuando estos son sistemáticos, los resultados no son alentadores para quienes están expuestos.
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