Ningún niño llora sin motivo. Siempre hay un motivo físico o psicológico detrás de cada llanto. Lo primero que debe hacer es comprender este problema. Es posible que su hijo esté llorando porque no está satisfaciendo una necesidad física real. Puede estar llorando porque no puede conseguir algo que quiere o porque se resiste a comer. Definitivamente el niño tiene un motivo justificado para llorar. En este punto, para calmar al niño, primero debemos comprender su problema y hacer que el niño sienta que lo comprenden. Al igual que los adultos, los niños tienen emociones y quieren ser comprendidos y escuchados.
En primer lugar, comprenda los sentimientos de su hijo. Si el motivo de su llanto es la ira, comprenda su ira. Reflexiona sobre tu hijo como "Estás muy enojado ahora mismo, te entiendo" o "Estás muy triste ahora mismo, puedo entenderte". Cuando te acercas expresando emociones de esta manera, tu hijo comenzará a sentirse psicológicamente relajado y tranquilo.
Si llora porque no puede conseguir algo que quiere, explícale por qué su deseo no se hizo realidad. Tome a su hijo que llora porque no puede lograr algo y explíquele los motivos. Por ejemplo, tu hijo puede estar llorando porque no compraste el chocolate que quería en el supermercado. En tales casos, se puede hablar del daño que comer demasiado chocolate puede causar en los dientes. Después, puedes ofrecer una alternativa. Por ejemplo, puedes darle a tu hijo el derecho a elegir ofreciéndole diferentes opciones como "No podemos comprar este chocolate hoy, pero si queremos, podemos comprar un chocolate de tu elección la próxima vez".
No dejes que consiga lo que quiere porque llora. Al decirle al niño que no llore, siempre y cuando permanezca callado, a veces los padres pueden darle inmediatamente al niño el objeto que quiere o permitirle realizar el comportamiento que quiere. En realidad, estas situaciones son actitudes extremadamente equivocadas. Porque al hacer esto, el niño desarrollará la percepción de que "lloré y se hizo lo que quería, entonces puedo lograr cualquier cosa llorando", y esta es una situación muy peligrosa. Por eso siempre aconsejo a los padres que no digan "no" a una situación en la que dirían "sí" cuando el niño llora. Porque cuando se hace esto, al menos no se desarrollará en el niño un patrón de aprendizaje incorrecto.
Cuando los niños lloran, lo que más necesitan es la calma y la comprensión de sus padres. Siempre inclínese al nivel de su hijo y responda a sus sentimientos. Esta actitud tuya también calmará a tu hijo y le permitirá expresarse más fácilmente.
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