hepatitis

Los niveles elevados de enzimas hepáticas se denominan hepatitis y son un indicador de inflamación. La causa de la inflamación puede ser aceite, alcohol, gérmenes, medicamentos, productos químicos u obstrucción de la bilis. Una persona con hepatitis puede tener síntomas como fatiga, fatiga, dolor abdominal, coloración amarillenta de los ojos y náuseas. Si se encuentra elevación en las pruebas llamadas enzimas hepáticas, se debe investigar. Porque si la hepatitis no se trata, puede provocar cirrosis, cáncer e incluso muerte súbita. Recientemente, el uso cada vez mayor de medicinas a base de hierbas en nuestra sociedad puede causar daños graves al hígado. Un simple analgésico o un té de hierbas que sea bueno para otra persona puede causarle daño hepático rápido y la muerte. El ejemplo más clásico de esta situación es la intoxicación por hongos. No está claro qué hongos recolectados de la naturaleza contienen sustancias tóxicas para el hígado.

La prevalencia de la obesidad aumenta el hígado graso. La cirrosis y el cáncer de hígado se observan en personas que han tenido hepatitis debido al hígado graso durante muchos años.

Los virus de la hepatitis se encuentran entre los virus que causan inflamación en el hígado. Hay tipos de hepatitis A, B, C, D y E. Existen vacunas eficaces contra la hepatitis A y B. Dado que el virus D no puede causar enfermedad sin el virus B, la protección es posible mediante la vacunación. Desafortunadamente, los virus de la hepatitis se encuentran entre 2 y 3 veces más en nuestro país que en los países desarrollados. Porque todavía no se ha transferido suficiente información a la sociedad. Por otro lado, muchas personas tienen prejuicios contra la vacunación. Una persona que no se vacuna ni ella ni su familia deben buscar otro culpable cuando en el futuro se produzcan hepatitis, cirrosis, cáncer y muerte.

Un análisis de sangre es fundamental para investigar si hay hepatitis. En primer lugar, se deben controlar las enzimas hepáticas y de la sangre total simple, e incluso si son normales, se deben controlar las IgM anti-VHA, IgG, HBsAg, IgG anti-HBc, anti-HBs y anti-VHC. Además, la evaluación del hígado mediante ecografía también es muy importante y necesaria. Cualquier persona que no tenga conocimiento previo de esta condición debe consultar lo antes posible a un especialista en gastroenterología o medicina interna para estas evaluaciones.

Los virus de la hepatitis se transmiten a la persona de forma externa. Los virus de la hepatitis A y E se transmiten a través de alimentos y bebidas. Los virus de la hepatitis B, C y D se transmiten por vía sanguínea o por contacto sexual. La transmisión a través de la sangre es más común en odontología. Los tratamientos son proporcionados por barberías y salones de manicura y pedicura insalubres. Además, procedimientos como los tatuajes y las perforaciones, que se han generalizado en los últimos años, también permiten la propagación de los virus de la hepatitis.

Como resultado, la hepatitis es una enfermedad que a menudo se puede prevenir. Para ello se deben realizar las vacunas necesarias, luchar contra la obesidad, los tratamientos a base de hierbas no deben considerarse naturales e inofensivos y las personas de riesgo deben estar bajo estrecha supervisión médica.

 

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