Maneras de lidiar con niños testarudos

El comportamiento obstinado en realidad puede verse como una lucha de poder entre padres e hijos. El motivo de la guerra es el conflicto de "quién dice que se hará". El terapeuta matrimonial y infantil y psicólogo Ramazan Şimşek explica formas de lidiar con niños testarudos.

Si bien es una persona que depende completamente de sus padres durante la infancia, con el desarrollo de habilidades físicas y cognitivas, cuando Se dan los primeros pasos hacia la independencia, inevitablemente surgen fronteras y surgen conflictos. A medida que los niños comienzan a darse cuenta de que son independientes y su curiosidad por explorar desencadena su terquedad.

Mensaje 'Yo también estoy'

Empezar a caminar, equiparse para explorar, manejar y ser capaz de trascender fronteras son un punto de inflexión en el desarrollo de un niño. De hecho, una parte importante de la terquedad es el mensaje "Yo también estoy de acuerdo" que se transmite a los padres.

¿Cómo abordar en qué etapa?

18. A partir de este mes, con la conciencia de que su atención está puesta en sí mismo, se enfada si las cosas no salen como él desea y no puede comprender que los demás puedan tener deseos diferentes a los suyos.

Cuando se junta con otros niños, puede empujar o morder cuando se enfada. Cuando te encuentres con una situación así, debes intervenir inmediatamente y detenerla. Cuando te muerda o te golpee a ti o a otra persona, dale una explicación muy breve y retíralo del entorno.

¡No cedas por ablandarte!

Quédate con él hasta que se calme, no veas inmediatamente el comportamiento gracioso que hará para ablandarte y ceda suavizándose (más por venir), exprese su enojo con su lenguaje corporal. Esto puede hacerle pensar que lo que está haciendo es correcto, en lugar de detener ese comportamiento. Si bien las mordeduras suelen durar un período corto de tiempo, los golpes pueden continuar durante un período más largo. Este comportamiento irá disminuyendo a medida que aprenda a expresarse y vea que se toma una actitud.

 

Explícale a tu hijo en un lenguaje sencillo y con calma

La terquedad, que se desarrolla durante un período de 18 a 30 meses, puede verse como el período más difícil, más emocionante y quizás el más interesante en términos de poner a prueba tu estilo en la primera 3 años. Fomenta la independencia de tu hijo Recuerda que él también necesita disciplina y orientación. Explíquele en un lenguaje sencillo y con calma por qué no puede hacer lo que quiere. Si sigue testarudo a pesar de las explicaciones, no reacciones, dirígelo a otros lugares que distraigan su atención en niños en edad de jugar o más pequeños.

 

¡No digas "sí" después de algo a lo que dijiste "no"!

 

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Puede que siga siendo terco, pero sé más decidido que él y nunca digas "sí" a algo a lo que dijiste "no", de lo contrario harás que la terquedad y los problemas de conducta sean permanentes. Por cierto, esta actitud constante no es sólo tuya; Tu cónyuge, la persona que cuida al niño y todos los que lo cuidan deben tenerlo.

Dedica al menos 45 minutos de tu tiempo cada día

Él lo necesita tu amor y tu tiempo para él. Si no puede encontrar esto, se volverá más combativo y testarudo. Asigne al menos 45 minutos - 1 hora a su hijo todos los días.

Establezca horarios de juego

Si su hijo está en edad de jugar, establezca un tiempo de juego todas las noches y explícale esto. Durante su tiempo de juego, practique juegos que su hijo quiera y disfrute y que requieran comunicación e interacción mutuas.

 

La recompensa y el castigo deben usarse de manera equilibrada

El uso de castigos y recompensas por parte de los padres también es una razón importante que desencadena la terquedad. Lo que entendemos por castigo es privar al niño de una actividad que le gusta durante un breve tiempo. Debe utilizarse en el momento adecuado y en la dosis requerida.

También es muy importante que sea adecuado a la edad y condición del niño. Si ha tomado una decisión, asegúrese de implementarla. A veces los padres pueden enojarse mucho y fácilmente renunciar a su decisión. A la larga, esto aumenta la irritabilidad y la terquedad de los niños. Asimismo, las recompensas deben utilizarse de forma equilibrada. Dar demasiadas recompensas inhibe la creatividad y la espontaneidad del niño y hace que se malcrie. Si cree que las cosas se están yendo de las manos, asegúrese de buscar el apoyo de un psicólogo o pedagogo infantil.

 

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