INTRODUCCIÓN:
El parkinsonismo, como síndrome clínico, se caracteriza por temblor, rigidez, bradicinesia, acinesia y anomalías posturales. La enfermedad de Parkinson (EP) es la variante más común del síndrome de parkinsonismo y es el trastorno más común entre las enfermedades de trastornos del movimiento después del temblor esencial. El PH se distingue por su patología específica, cuadro clínico y respuesta distinta al tratamiento dopaminérgico. Esta situación hace que la tratabilidad sea un criterio importante para el diagnóstico de la HP y también hace que el diagnóstico correcto de la HP sea la condición más importante para el éxito del tratamiento. Porque la HP es la enfermedad neurodegenerativa para la cual el tratamiento farmacológico tiene más éxito.
EPIDEMIOLOGÍA:
La HP es típicamente una enfermedad de edades medias y avanzadas, con una edad promedio de 50 a 60 años, se inicia y progresa progresivamente en un período aproximado de 10 a 20 años. Aunque se han informado resultados diferentes en estudios realizados en varios países, en general se sabe que la incidencia anual del parkinsonismo varía entre 4,5 y 21/100.000. En diferentes estudios realizados entre 1935 y 1990 en Rochster, Minnesota, donde se obtuvieron los valores de incidencia más fiables, se observó que la incidencia de parkinsonismo variaba entre 18,2-20,5/105 sin mostrar mayores cambios. Los estudios realizados en diferentes sociedades arrojan cifras que oscilan entre 18 y 328/100.000 para la prevalencia del parkinsonismo. Como la forma más común de parkinsonismo, aproximadamente el 75-80% de estos casos son casos de EP. En un estudio realizado en Eskişehir, el valor de prevalencia para Turquía fue de 111/100.000. En un estudio conjunto realizado en 5 países diferentes de Europa (Estudio Colaborativo EUROPARKINSON), se encontró que la prevalencia de parkinsonismo total en mayores de 65 años era de 2,3/100 y la prevalencia de HP era de 1,6/100.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS:
La HP es la condición prototipo de las enfermedades hipocinéticas y se caracteriza por hallazgos motores parkinsonianos, a saber, temblor, rigidez, bradicinesia, acinesia y anomalías posturales. El estándar en el diagnóstico de HP sigue siendo el examen neurológico. La HP se caracteriza por hallazgos parkinsonianos aislados sin ningún otro signo de afectación neurológica. Se caracteriza por la presencia de Otras características de la EP que ayudan a distinguirla clínicamente de otras condiciones de parkinsonismo son la asimetría de los hallazgos parkinsonianos, el temblor pronunciado en reposo, la presencia de una respuesta clínicamente significativa a la levodopa y pocos o ningún problema de equilibrio en la etapa temprana de la enfermedad. />
Aunque tradicionalmente la EP se ha considerado una enfermedad del sistema motor, hoy en día se considera un síndrome mucho más complejo con un patrón de participación motor y no motor (autonómico, conductual, cognitivo y sensorial). El hecho de que la EP muestre una sintomatología tan rica y diversa puede llevar a confusión en el diagnóstico y retraso en el tratamiento en las primeras etapas de la enfermedad.
En la EP, los síntomas comienzan de manera insidiosa y la condición empeora gradualmente con los años. La enfermedad suele ser vaga y progresa con síntomas inespecíficos. Comienza con un período pródromo. Durante este período se pueden observar fatiga, debilidad o cambios de personalidad, y los hallazgos motores también pueden presentarse en forma de quejas vagas (como sensación de debilidad, falta de coordinación moderada, dificultad para escribir), los pacientes pueden experimentar solo rigidez, dificultad para escribir. , lentitud o también puede consultar a un médico quejándose de dolor. En la mayoría de los pacientes, los síntomas ocurren en la mitad del cuerpo y aproximadamente el 50% de ellos comienzan como temblor. Aunque los hallazgos se transfieren a la mitad opuesta del cuerpo con el tiempo, es notable una afectación asimétrica, generalmente en el primer lado afectado. El hecho de que la HP comienza en una mitad del cuerpo y generalmente en una extremidad, y los signos y síntomas no motores son características que aumentan la dificultad del diagnóstico. En el grupo que no comienza con temblor, los síntomas parkinsonianos en las primeras etapas a menudo pueden interpretarse como simple artritis, bursitis, depresión, envejecimiento normal, enfermedad de Alzheimer o accidente cerebrovascular. A veces el diagnóstico sólo se puede realizar cuando los hallazgos motores se vuelven bilaterales, es decir, al cabo de meses o años.
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